Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Una justa apreciación de Mrs. Eddy

Del número de enero de 1948 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


¡Qué facultad más útil es la de poder evaluar y apreciar debidamente tanto el mérito como el trabajo de los demás! Rindiendo homenaje a las cualidades de la mujer valiente y de acendrada virtud, el Rey Lemuel nos dejó las siguientes palabras (Prov., 31:31): "¡Dadle del fruto de sus manos; y alábenla en las puertas sus mismas obras!"

¿Será justo decir de los Científicos Cristianos que ellos deifican a su Guía, Mary Baker Eddy, cuando le dan gracias a Dios por la pureza y abnegación de su vida, y expresan gratitud por las bendiciones que de su obra han resultado? ¿No sería más justo decir que hasta que ellos no hayan reconocido que la Descubridora y Fundadora de la Christian ScienceEl nombre dado por Mary Baker Eddy a su descubrimiento (pronunciado Críschan Sáiens) y que, traducido literalmente, es la "Ciencia Cristiana." anduvo con Dios y habló con El, y hasta que no hayan expresado su gratitud por tales hechos no les será posible entender como es debido el mensaje de la Christian Science?

Cristo Jesús no exigía de sus discípulos su homenaje personal, pero sí le daba mucha importancia a que aceptasen sus palabras y obras como prueba de que sus enseñanzas eran divinamente autorizadas. De igual manera, en su obra "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras" (pág. 560), la Guía del movimiento de la Christian Science señala lo importante que es obtener lo que ella designa en la margen de la misma página, una "apreciación verdadera del mensajero de Dios". He aquí sus palabras: "El gran milagro para el sentido humano es el Amor divino, y la gran necesidad de la existencia es obtener la verdadera idea de lo que constituye el reino de los cielos en el hombre. Esta meta jamás se alcanzará mientras odiemos a nuestro prójimo o abriguemos una opinión errónea de alguien a quien Dios haya designado para proclamar Su Palabra. Además, sin un concepto correcto de su idea visible más elevada, nunca podremos comprender el Principio divino." Un poco más adelante, hablando de la, misión de San Pablo, ella agrega: "No comprender a Pablo, significaba ignorar la idea divina que él enseñaba. Ignorancia acerca de la idea divina delata en seguida ignorancia mayor del Principio divino de la idea—ignorancia acerca de la Verdad y el Amor."

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / enero de 1948

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.