En su libro Niagara: A History of the Falls [Niágara: Una historia de las cataratas] Pierre Berton relata que Charles Blondin (a quien se refiere Mary Baker Eddy en la página 199 de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras ) cruzó muchas veces las Cataratas del Niágara por una cuerda tirante. En diferentes ocasiones, a mitad de camino, cocinó su desayuno, dio un salto mortal y se balanceó sobre una silla.
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