A lo largo de los años, he tenido muchas curaciones mediante la Ciencia Cristiana, así que cuando comencé a experimentar dolor en una de mis piernas, me volví a Dios en oración para que me ayudara a superarlo. Cuando no vi progreso, me di cuenta de que había aceptado la falsa creencia de que yo era un mortal en apuros, y que había estado dando poder al problema. Además, estaba enfocada en pedirle a Dios que sanara un problema físico, cuando sabía que necesitaba comprender que el problema no tenía ninguna realidad en Dios, y mantener mi atención en Él. Me costaba hacer esto. Mientras tanto, el dolor continuaba, y finalmente me resultó difícil caminar.
Después de unos días, me comuniqué con una practicista de la Ciencia Cristiana para que me diera tratamiento, y ella oró por mí un par de días. Durante este tiempo, me guio a muchas verdades espirituales que aprendemos en la Ciencia Cristiana. Me recordó mi naturaleza y perfección espirituales como hija de Dios al compartir una línea de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy: “… El Amor es reflejado en el amor” (pág. 17). Esta es la interpretación espiritual de la línea del Padre Nuestro donde Cristo Jesús dijo: “…perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (Mateo 6:12).
Esto me pareció muy apropiado, ya que sentía que me habían maltratado antes, y estaba resentida. Oré para ver a través de la visión del amor puro. Sabía que eso es lo único que se podía expresar, ya que el Amor (Dios) no puede ver nada más que amor, ya que “Dios es amor” (1 Juan 4:8), y cada uno de nosotros refleja naturalmente a Dios, el Amor. Oré para comprender mejor el perdón y amar, y al hacerlo, me liberé del resentimiento.
Sentí que había superado los errores en mi pensamiento y que había sido restaurada a la vitalidad y la salud que Dios creó. Me regocijé y le conté a la practicista sobre la libertad que estaba sintiendo y completé mi trabajo con ella. Sin embargo, al día siguiente el dolor volvió. Continué orando diariamente como ella había sugerido y me concentré en hacer más estudio espiritual y tener más devoción a nuestro creador, Dios.
Aunque sentía mucho menos dolor, como todavía tenía dificultades para caminar, me sentaba todos los días y estudiaba. Durante este tiempo de oración, recurrí a varios recursos de la Ciencia Cristiana, tales como numerosos artículos en JSH-Online.com y conferencias en línea, y regresé a mis notas de clase de cuando había tomado instrucción de clase Primaria con un maestro autorizado de la Ciencia Cristiana, que incluía pasajes de la Biblia y los escritos de la Sra. Eddy.
Este tiempo de oración me llevó a regresar a los fundamentos del estudio de Ciencia y Salud, y leí varias cosas que había escrito sobre las curaciones que había experimentado previamente.
Luego me comuniqué con una buena amiga a quien había conocido durante mi instrucción de clase de la Ciencia Cristiana. Yo estaba muy desanimada porque todavía no había sanado por completo. Ella amorosamente me recordó mi relación espiritual con Dios, y que la curación estaba allí a pesar de que a veces no la reconocemos tan rápidamente, y que el tiempo es sólo una medida mortal. También me recordó que había tenido curaciones rápidas e instantáneas en el pasado, y que podía estar agradecida por lo que estaba aprendiendo en mis estudios espirituales.
Estos días de oración me brindaron la oportunidad de desarrollarme más espiritualmente a través del estudio continuo de la Ciencia Cristiana. Encontré que muchos pasajes de los escritos de la Sra. Eddy eran muy útiles. Por ejemplo, Ciencia y Salud dice: “Niega la existencia de la materia, y puedes destruir la creencia en condiciones materiales” (pág. 368). Y en su libro La unidad del bien, la Sra. Eddy escribió, refiriéndose a Jesús, “Él anuló las leyes de la materia, demostrando que son leyes de la mente mortal y no de Dios” (pág.11).
Tras orar con devoción unos días más acerca de esto, el dolor se disolvió por completo, y de nuevo pude caminar normalmente después de unos diez días en total. En definitiva, sentí enorme gratitud, ya que aprendí mucho y dediqué todos los días a comprender las verdades espirituales de la Ciencia Cristiana. La curación se ha mantenido completa.
La curación siempre es nuestra. Debemos aceptar la perfección que Dios nos ha dado y descartar los errores de la mente mortal (una creencia en una mente aparte de Dios) desde el principio, y no dejar que se arraiguen. En realidad, cada uno de nosotros es siempre perfecto como Dios nos creó; sólo tenemos que creer y aceptar esto.
Esta curación me ayudó a darme cuenta de que el tiempo no es un factor, y en realidad siempre estamos a salvo bajo el cuidado de Dios. Me dio, especialmente, la oportunidad de regresar a algunos estudios básicos, profundizar mi comprensión y disfrutar de lo que estaba aprendiendo.
Esta curación me enseñó a confiar sólo en Dios de inmediato y descartar las creencias de la mente mortal con rapidez. La curación descansa en reconocer el amor omnipotente y universal de Dios por todos Sus hijos. Cuando reconocemos y aceptamos esto, sanamos.
Como siempre, estoy agradecida por la Ciencia Cristiana y su enseñanza de curación que la Sra. Eddy demostró y explicó al seguir a Cristo Jesús.
Anne O’Loughlin
West Palm Beach, Florida, EE.UU.
