En una función de un teatro de variedades a la que asistió el que suscribe, un hipnotizador profesional indujo a un muchacho, quien consintió en participar, a creer que estaba comiendo helado y se le había derramado un poco en el saco. El joven sacó su pañuelo y para diversión del público, hizo los movimientos como si estuviera quitando la sustancia pegajosa.
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