Esta estudiante de último año del bachillerato debería haberse sentido entusiasmada con la graduación y su próxima experiencia universitaria, pero en lugar de eso, se sentía menos que los demás e indigna. Obtener una comprensión espiritual del valor que Dios le ha otorgado, la ayudó a frenar las comparaciones y encontrar un sentido de valía más profundo y duradero.
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