Mi hermanita Laurel estaba sentada en el regazo de mamá, llorando. Mamá la abrazaba y le hablaba, pero el llanto no se detenía. Me preguntaba qué pasaba.
Mamá me dijo que Laurel había llevado a su gatita de peluche blanco, Fluffy, a la escuela el día anterior. Ahora Fluffy había desaparecido.
“Tal vez se le cayó cuando caminaba a casa”, me dijo mamá. Y me pidió que tratara de encontrar a Fluffy.
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