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Para niños

Cuando no tenía ganas de hacer mis deberes

Mientras escuchaba los pensamientos de Dios, me pareció natural abrir una de mis tareas y comenzar a trabajar en ella.

Salta de alegría

Cuando entramos a la casa, mi mamá y yo hablamos de la lección que había aprendido ese día y de la verdad espiritual que también había aprendido.

Veamos la verdadera imagen

Shannon y mamá dijeron: “¡Gracias, Dios!” por mostrarles el verdadero concepto.

Una noche tuve una curación

Como asisto a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, he aprendido que Dios es bueno, por lo que no  pudo hacer nada malo, como una tos o enfermedad.

Cabalga con el Amor

Lo que Naomi aprendió ese día puede ayudarnos a todos. No hay nada que temer cuando sabemos que estamos siempre rodeados por el Amor divino, Dios.

Tuve una curación en el campamento

Cuando me desperté al día siguiente, ya no me dolía la garganta. Sabía que Dios me había sanado.

Ayudé a mamá cuando perdió algo importante

Los buenos pensamientos son de Dios porque Dios es bueno. Yo sabía que la preocupación y la confusión no son buenas.

Aprendamos más sobre el Padre Nuestro

Una clase de la Escuela Dominical me inspiró a poner el Padre Nuestro en mis propias palabras, lo que me ayudó a entender cómo se aplica a mí.

Esos nuevos pensamientos me embargaron de una poderosa calidez interior. Me puse de pie y el dolor de cabeza desapareció. Mi corazón estaba lleno de gratitud cuando me reuní nuevamente con la multitud.

Mi curación de un dolor de oído

Esta historia me ayudó una noche cuando desperté con dolor en el oído. Mi mamá estaba conmigo y juntos dijimos el Padre Nuestro.

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.