
Para jóvenes
Mi equipo y yo hemos progresado en el baloncesto a lo largo de los años, lo que nos ha llevado a expresar más conscientemente cualidades espirituales.
De repente tuve la idea de que Dios no necesitaba que yo Lo defendiera. ¡Él es Dios, por el amor del cielo!
Hoy, estoy profundamente agradecido por las enseñanzas de la Ciencia Cristiana que continúan guiándome. Los servicios dominicales siempre son una fuente de paz para mí. ¡No los cambiaría por nada del mundo!
Cuando regresé a la escuela, recordé que los ángeles de Dios me protegían y que podía dejar que ellos me guiaran.
Parecía que estábamos en el corazón de la tormenta y no había ningún lugar al que pudiéramos ir.
Me inspiré en la idea de que Dios no nos hace temerosos, así que ¿cómo podía estar asustada o nerviosa?
Pensé que decepcionaría a los que me rodeaban si mi vida no resultaba como la había planeado.
Me reconfortó saber que Dios me mostraría a dónde tenía que ir y me proveería lo necesario sin importar el camino que tomara.
Estaba empezando a ver que mi motivación para amar viene de Dios, que es Amor, y que amar se trata realmente de Dios, no de mí.
Pensaba en esta chica de vez en cuando, y cada vez que lo hacía, mis pensamientos eran negativos. No podía superar mi ira y mi dolor.