Hay una expresión común que se usa para indicar que algo es un hecho indudable, una verdad innegable. La versión británica es “Sin si ni peros”.
A través del estudio de la Ciencia Cristiana he aprendido que Dios es Todo-en-todo y que no hay ni sí ni peros sobre eso; Dios, el Espíritu, es la causa y el poder únicos. Esa es la verdad. En el Evangelio de Juan, Jesús nos dice: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (8:32).
Cualquier duda sobre la totalidad de Dios que nos llegue como un “si” o “pero” es a lo que Mary Baker Eddy se refiere como magnetismo animal, un supuesto poder que se opondría a Dios. Parece ser nuestro propio pensamiento, pero, en realidad, puesto que somos la expresión de la Verdad infinita, Dios, nunca puede serlo. Debido a que Dios es la Verdad, siempre podemos confiar en Él, el único Padre. Él cuida de todos nosotros con amor, completa y confiablemente.
Una noche, me desperté con un fuerte dolor en el estómago, lo que me hizo encogerme hecho un ovillo. Mientras estaba acostado en la cama, me vino la sugestión de que se trataba de una intoxicación alimentaria. Comencé a orar, argumentando mentalmente que esta afirmación no era válida y sabiendo que yo era espiritual y estaba bien, presente con mi Padre, Dios, quien es supremo y del todo bueno. Cuando comencé a mejorar, vino otro pensamiento: “Ah, pero ¿y si esto es persistente?”. Un momento después, tan claro como una campana, vino este pensamiento: “¡Yo soy más persistente!”. Dejé de preocuparme y pensé: “Sí, esta es la verdad”.
Yo soy, que es el nombre por el cual Dios se identifica a Sí mismo ante Moisés (véase Éxodo 3:14) siempre es más persistente que cualquier cosa desemejante a Él. Dios es omnipotente, ¡no hay ni si ni pero al respecto!
Con eso, el dolor simplemente se evaporó y me sentí tan cómodo que caí en un sueño profundo hasta la mañana siguiente. Este problema no me ha vuelto a molestar.
¿Qué pasó? Haciéndose eco de la declaración de Jesús, la Sra. Eddy escribe en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “Todo lo que esclavice al hombre se opone al gobierno divino. La Verdad hace libre al hombre” (pág. 225). Y una estrofa de uno de mis himnos favoritos dice:
En lóbregos parajes
brilló la claridad;
disipa las tinieblas
el rayo de Verdad.
(Himnario de la Ciencia Cristiana, N.° 2)
El hecho es que no hay nada que arreglar en la creación de Dios; solo hay Verdad, toda la Verdad, y nada más que la Verdad. No importa cuán oscuras parezcan ser las cosas, nada puede poner fin a la Verdad; esta simplemente persiste, ¡y prevalece!
Ricky Callaghan
Morpeth, Northumberland, Inglaterra
