Era un miércoles por la noche, y los otros jóvenes Científicos Cristianos del grupo de adolescentes del que formaba parte habían decidido asistir a la reunión vespertina de testimonios en la iglesia. Mi reacción no fue entusiasta. Pero fui porque... había una chica que me interesaba. Mientras soñaba despierto a través de las lecturas de la Biblia y de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, escrito por Mary Baker Eddy, durante la primera mitad de la reunión, algo de repente llamó mi atención.
Era la historia de David y Goliat: el pastorcito con su honda y unas pocas piedras contra el gigante. Me estaba imaginando a este enorme guerrero con su armadura y su lanza cuando, de repente, esa imagen desapareció, y en su lugar había un letrero de neón vertical de color rojo brillante que decía: P R O B L E M A. Casi al instante, una roca se estrelló contra el letrero y explotó en un millón de pedazos.
Uau. Recibí a David y a Goliat de una manera totalmente nueva. Esta no era la historia sobre un chico pequeño y bueno que vencía a un chico grande y malo. Esta era la historia de todos sobre cómo la “roca” (la verdad) destruye una mentira.