Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

Carreras

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 25 de noviembre de 2013

Publicado originalmente en el Christian Science Sentinel del 22 de marzo de 1975.


El éxito es definido de diferentes maneras en las distintas sociedades. Sin embargo, cualquiera sea su definición de acuerdo con nuestra forma individual de pensar —ya sea un eficiente ejecutivo en los negocios o funcionario de bienestar social, un miembro prominente de una respetada profesión, un productivo erudito o una eficiente ama de casa— el éxito se alcanza mucho más plenamente cuando se construye teniendo por base un fundamento espiritual. En la Ciencia, el hombre es la idea de la Vida, Dios, y está siempre establecido en la Vida. La carrera más exitosa es aquella que se basa en la realidad, es decir, en la consciencia científica de la posición presente que ocupa el hombre en la Vida como idea de la Vida. 

Tener una carrera o realizar una obra con éxito en la vida, es el resultado natural de comprender que el universo y el hombre inmortal de la Vida son reales, y tener esto como fundamento del constante trabajo y autodisciplina que se requieren para lograrlo. De acuerdo con la Ciencia del ser, la realidad no es aquello que nos transmiten los cinco sentidos personales. La Ciencia Cristiana desafía el “consenso general de la realidad” (la aparente realidad que los seres humanos generalmente concuerdan que es larealidad), basándose en el hecho de que no está autorizada por la Verdad infinita, la causa única. La realidad científica es tangible al sentido espiritual, es decir, a la capacidad derivada del Espíritu con la cual todos estamos equipados, aunque no estemos conscientes de ello. Pablo señala: “A cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (1° Corintios 12:7). No hay carrera más satisfactoria que el desarrollo del sentido espiritual. Y no existe nadie que no pueda encontrar satisfacción y la paz de la Mente sobre esta base.

Mientras pensemos que estamos totalmente inmersos en la materia y aspirando a tener una carrera totalmente material, nuestro éxito será relativamente limitado y, tal vez, de corta duración. La vida en la materia es una ilusión. La Ciencia cuestiona radicalmente el punto de vista corriente acerca de la vida y el propósito. La Sra. Eddy nos dice: “Totalmente separada de este sueño mortal, de esta ilusión y engaño de los sentidos, viene la Ciencia Cristiana a revelar que el hombre es la imagen de Dios, Su idea, coexistente con Él; Dios dándolo todo y el hombre poseyendo todo lo que Dios da” (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 5). 

La esencia de una carrera espiritual es abandonar los engañosos sueños de que la vida está en el cuerpo y que la muerte es inevitable, y permitir que el sentido espiritual de la Vida y el hombre alboreen en nuestro pensamiento. Esto abre las infinitas posibilidades —las infinitas verdades— del ser real. ¿Te sientes a veces como un mortal afanándose infructuosamente por cincelar un nicho para ti mismo, en lo que parece ser el duro granito del comercio o la industria, la universidad o algún oficio? Tú eres, en realidad, la expresión inmortal de la Vida divina, y ya estás ubicado y clasificado en la Vida.

La perspectiva metafísica del ser es sumamente práctica y única. Comprender que nuestro verdadero ser es la expresión de la Vida desarrolla originalidad e integridad, prudencia y vigor. Cuando nuestro pensamiento ha desarrollado dimensiones espirituales, no nos absorben tanto el estrés y los enigmas de la mortalidad, y tenemos más certeza de que la auto manifestación de la Vida incluye nuestra verdadera identidad y actividades. Es más probable que tomemos decisiones más acertadas, y haya menos posibilidades de sentirnos ansiosos por los dilemas de una carrera.

Con la Ciencia podemos encontrar las herramientas con las cuales demostrar la Vida divina. Si somos jóvenes, esto puede significar encontrar y destacarnos en una carrera apropiada. Si somos de mediana edad y nos sentimos insatisfechos o frustrados con nuestra ocupación, quiere decir que podemos mejorar nuestro desempeño, o tal vez empezar otra actividad. Si estamos jubilados y sentimos que nadie nos necesita, significa que somos capaces de buscar y encontrar la actividad para la cual estamos mejor capacitados, quizás una actividad que nunca antes hemos realizado y para la cual estamos perfectamente calificados. La idea de la Vida no está gobernada por las falsas leyes de la edad, las cuales deterioran las facultades o limitan las oportunidades y habilidades. La idea de la Vida está siempre ocupada en una carrera espiritual —ser la expresión de la Vida— e incluye la vitalidad e inteligencia que derivan de la Vida divina.

La carrera de Cristo Jesús fue enteramente original y contribuía de una manera única al bienestar humano. Él percibía el ser real y su propósito más completamente que ningún otro antes que él o desde entonces. Su carrera señala las posibilidades que tenemos a medida que admitimos al Cristo —la verdad inmortal de Dios y el hombre— en nuestra consciencia. O, mejor aún, a medida que reconocemos que la Vida divina en su auto expresión incluye nuestra única consciencia genuina.

A medida que la Ciencia Cristiana nos revela las realidades antes desapercibidas, pone al descubierto oportunidades para el crecimiento y la curación, que antes no se veían. Cuanto más conscientes estemos de las verdades del ser divino, tanto más constante y eficazmente sanaremos los males físicos y organizacionales. Por más meritoria que sea la profesión u ocupación que desarrollemos, la Ciencia Cristiana abre el camino a lo que es fundamentalmente una carrera sanadora. Esta carrera está al alcance de todos nosotros, ya sea que tengamos títulos y diplomas, o no.

El hombre, por ser la idea de la Vida, no vive una vida de metas materiales, de buena o mala suerte, de recompensas y castigos, de competencia y conflicto, de éxito o fracaso financiero. El hombre es la evidencia inmortal de la creatividad, totalidad y bondad de la Vida. Esta es su carrera. No hay muchas carreras, sino solo una, y nuestra identidad genuina ya está, incluso ahora, ocupada en ella. 

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más artículos en la web

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.