Un día salí con una amiga del trabajo, y estábamos pasando un buen momento hablando de nuestras vidas. Sentía que la conversación iba muy bien; que realmente me estaba conectando con ella emocionalmente y estábamos comprendiendo mejor las experiencias que cada una había tenido en la vida. Sin embargo, en un momento, surgió el tema de la religión, y ella me preguntó cuál era la mía.
Me sentí un poco nerviosa de contestar su pregunta, porque la gente tiende a ser muy prejuiciosa respecto a la religión en general. Además, la Ciencia Cristiana es una denominación que la mayoría de la gente no conoce mucho.
—Soy Científica Cristiana —dije.