Puede ser muy tentador preguntar: “Cuerpo, ¿cómo estás hoy?”, a lo que este puede parecer que responde: “¡No muy bien!”. Sin embargo, en mi estudio de la Ciencia Cristiana he aprendido a no recurrir nunca a la materia en busca de evidencias de bienestar, porque vivimos en Dios, el Espíritu, y somos espirituales. Con el fin de descubrir quiénes somos y cómo somos, debemos buscar la evidencia espiritual de nuestra existencia y bienestar a través del Espíritu: mediante la oración y la comprensión espiritual.
Volver el pensamiento al Espíritu implica apartarse de la materia y las dificultades materiales, mientras oramos para conocer más del cuidado amoroso de Dios que nos mantiene a salvo de enfermedades o discordias. ¿Por qué a veces puede parecer difícil hacerlo?
Quizá tratamos de lograr esto con la mente humana. Sin embargo, uno de los nombres para Dios que la Ciencia Cristiana saca a relucir es Mente divina, la cual incluye toda inteligencia, voluntad y acción. Mary Baker Eddy, en su libro completo sobre la comprensión de Dios y la naturaleza mental de la salud, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, explica: “La Ciencia de la curación-Mente muestra que es imposible que algo que no sea la Mente pueda dar testimonio verídico o exhibir el estado verdadero del hombre” (pág. 120). La materia, o un sentido material de la existencia, no tiene inteligencia para dar testimonio del “estado verdadero del hombre”. Por lo tanto, sus aparentes informes tienen la tendencia a ser negativos.
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