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La Navidad cuando la necesitamos

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 11 de diciembre de 2023


El año pasado, cuando llegó la Navidad, la gente en todas partes necesitaba darse ánimo. Anhelaban tener esperanza. Habían estado sucediendo muchas cosas malas, tan solo en mi país, esto incluyó incendios forestales, huracanes, tiroteos masivos y la continuación de la pandemia del Covid. 

Fue el 9 de diciembre que me di cuenta de que aún no había comprado las tarjetas de Navidad. Sin embargo, pronto descubrí que casi todas las que estaban disponibles por donde vivo tenían renos, Papá Noel, alegría navideña o simplemente escenas de invierno. En el interior, la mayoría se limitaba a decir: “Felices fiestas”. Sentí que mis amigos y familiares recibirían con agrado un mensaje navideño más inspirador y significativo. Finalmente, encontré una tarjeta que me encantó. En el anverso, decía: 

La Navidad llegó al mundo
       cuando el mundo realmente la necesitaba. 
Cuando las familias necesitaban esperanza.
Cuando la gente anhelaba paz.

En el interior, decía:

Y aquí está de nuevo. 
la Navidad.  
Justo cuando la necesitamos. 
                         (© Hallmark) 

Ahora bien, esta tarjeta les habla a los corazones de todo el mundo, pensé. Y ciertamente me inspiró. ¡Compré todo el stock que quedaba en la tienda! 

La noche siguiente, un viernes, un tornado masivo arrasó con la mayor parte de la pequeña ciudad de Mayfield, Kentucky. El primer informe noticioso de esto comenzó diciendo: “Qué terrible que este desastre haya ocurrido en Navidad, que se supone que es una época tan feliz”. Como era de esperar, el mensaje de la tarjeta de Navidad, “Navidad. Justo cuando la necesitamos”, realmente me conmovió en ese momento. Fue reconfortante y fortalecedor.

El domingo por la mañana, los equipos de televisión estaban en Mayfield, filmando videos de los residentes cuyas casas e iglesias habían sido destruidas. Las imágenes que difundieron lo decían todo. Allí estaba la gente, reunida en lo que quedaba de sus iglesias, cantando con alegría y con todo el corazón a Dios. Me recordó los personajes llamados “Quién” en un pueblo llamado Villa-Quién” en el libro infantil del Dr. Seuss, Cómo el Grinch robó la Navidad. Si lo has leído, recordarás que ellos también cantaban con todo su corazón, sin dejarse intimidar por el Grinch, que les había robado todos sus regalos y decoraciones navideñas. El Grinch estaba seguro de que esta pérdida arruinaría su Navidad, pero no lo hizo, y no pudo hacerlo. 

Tampoco las pérdidas más profundas de Mayfield pudieron aplastar su espíritu navideño innato, el espíritu del cristianismo de Cristo. Un hombre de Mayfield, señalando una pila de ladrillos a su lado, dijo: “De todos modos, esa no es nuestra iglesia. Nuestra iglesia somos nosotros. Todos nos estamos ayudando unos a otros y vamos a reconstruir. Dios nos ayudará”.

Ese es el verdadero espíritu navideño, me dije a mí misma. Están demostrando que la Navidad realmente se trata de ver la bondad de Dios en acción, que el amado Hijo de Dios, Cristo Jesús, vino a mostrar a la humanidad. Sanó angustias de todo tipo y restauró la salud y la armonía. El niño Cristo creció y se convirtió en el Mostrador del Camino, demostrando a todos, para siempre, el espíritu-Cristo que lo animaba, la verdadera idea del amor omnipresente y omnipotente de Dios.

El Cristo amanece en la consciencia individual, y la curación es su resultado natural y necesario. Aquellos ciudadanos de Mayfield deben de haber sentido el amor de Dios y lo estaban demostrando. “Amor, esperanza, fortaleza, eso es Mayfield”, dijo un habitante del pueblo. Y se notó.

Nadie que viera esa cobertura en vivo podría haber creído que la única historia para informar era “Qué terrible que este desastre haya ocurrido en Navidad, que se supone que es una época tan feliz”. No podíamos dejar de ver a esas personas viviendo el mensaje cristiano “No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal” (Romanos 12:21). Esa fue la respuesta inmediata de Mayfield, impulsada por Dios. El amor, la esperanza y la fortaleza del Cristo vencieron la devastación y la destrucción. Todos los que lo vieron deben de haber sentido lo que la Navidad significaba para ellos. La ayuda humanitaria comenzó a llegar a raudales, y los voluntarios vinieron de todas partes para ayudar.

Por supuesto, espero que no le pase cosas malas a nadie, ni en Navidad ni en ninguna otra época. Pero estoy convencida de que incluso el hecho de que sucedan cosas malas no puede separar a la humanidad del Cristo, la Verdad, que Jesús vino a probar. La Navidad siempre será mucho más que una celebración de temporada. Su significado más profundo, elevado y sanador siempre está aquí para que todos lo sientan. 

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