Los procesos judiciales —reales o que se ven en las películas o en la televisión— tienden a promover el concepto de que hay muchas mentes, muchos enfoques, muchos lados y muchas leyes en desacuerdo entre sí. Está el acusado, el fiscal, el juez, los testigos y el jurado, entre otros, todos ellos con muchas opiniones y motivos a menudo contradictorios.
Fuera de la corte, también podemos sentir esta visión contenciosa de la vida. Hay muchos tipos diferentes de las llamadas leyes: leyes de salud, pautas dietéticas, teorías sobre la crianza de los hijos, y así sucesivamente. Muchos de ellos se contradicen entre sí.
Pero ¿qué pasaría si hubiera una sola ley universal, donde todas las partes estuvieran del mismo lado?