La escena era idílica. Brisa fresca, vista majestuosa, lo único malo era el incesante ruido metálico en el fondo, que se hacía cada vez más fuerte cuanto más intentaba apagarlo… hasta que ya no pude apagarlo y me desperté. ¡Nunca me gustó ese despertador!
Estudiar la Ciencia Cristiana puede sentirse como un despertar. Sin embargo, aunque despertar de un sueño dormido puede o no ser una experiencia agradable, cuando despertamos a la presencia de Dios, el Amor, que cuida de nosotros y suple cada necesidad, siempre nos sentimos felices.
No obstante, el despertar en sí no siempre es cómodo. Como un amigo comentó en una ocasión, él a veces se siente regañado cuando lee la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy.
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