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Curación de Covid

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 25 de agosto de 2025

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Hace cinco años, sentí como si hubiera nacido de nuevo. Como le ocurrió al patriarca bíblico Jacob, mi vida fue preservada y fui renovado por completo.

La circunstancia que precipitó este renacimiento espiritual ocurrió cuando mis parientes estaban celebrando las fiestas navideñas conmigo. Yo tenía algunos síntomas de enfermedad, y mi hija menor, que estaba a punto de graduarse de la universidad como enfermera médica, sospechó que estos estaban relacionados con el Covid.

De inmediato, me hizo una cita en el Ministerio de Salud Pública para que me hicieran la prueba del virus. Di positivo. De acuerdo con las leyes de mi país, permanecí aislado en casa con mi esposa y mis dos hijos.

Con la expectativa de sanar, le pedí a una practicista de la Ciencia Cristiana un tratamiento metafísico. He sido Científico Cristiano por más de 27 años y he tenido muchas curaciones como resultado de la oración, así que tenía razones para confiar en Dios como mi único médico. No busqué ayuda en la medicina. Recordé las muchas veces en que, al volverme a Dios como se enseña en la Ciencia Cristiana, había superado problemas difíciles de salud, relaciones y economía, por lo que mi confianza en Dios era muy fuerte.

La practicista compartió conmigo muchos pasajes de la Biblia y del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, de Mary Baker Eddy. Sus oraciones diarias y su aliento fueron un gran apoyo y me fortalecieron espiritualmente. Comencé a sentir mi unidad con Dios y que nada podía separarme de Él y de la salud y la bondad que Él imparte.

En el tiempo que siguió, los síntomas fueron agresivos, pero persistí en la oración. Aproveché los períodos en los que sentía alivio para orar y estudiar la Biblia y los escritos de la Sra. Eddy.

Entre los muchos pasajes útiles se encontraba el siguiente de la Biblia: “Despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:22-24). Aunque había leído este pasaje muchas veces a lo largo de los años, me di cuenta de que me estaba identificando como un mortal en lucha, y necesitaba una mejor comprensión de mi individualidad real y espiritual, que está libre de enfermedades y de las limitaciones de la materia. En otras palabras, la gran necesidad era despertar a la verdad de que soy completamente espiritual —todos lo somos— creado a imagen y semejanza de Dios, ya que esta comprensión nos da dominio sobre la creencia de la enfermedad.

El momento decisivo fue cuando renuncié a todo sentido personal de responsabilidad por la curación. Cristo Jesús, el sanador más grande que el mundo ha conocido, dijo: “No puedo yo hacer nada por mí mismo” (Juan 5:30), y reconoció que su Padre celestial “hace las obras” (Juan 14:10). El apóstol Pablo, al explicar cómo fue capaz de sanar y superar severas pruebas y tentaciones, explicó: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).

El Cristo, tal como se define en la Ciencia Cristiana, es la Verdad eterna y divina que Jesús vivió y practicó; el Cristo es “la divina manifestación de Dios, que viene a la carne para destruir el error encarnado” (Ciencia y Salud, pág. 583). Sentí que el Cristo, la Verdad, iluminaba mi consciencia y ahuyentaba los errores del temor y la enfermedad.

Lenta pero firmemente, comencé a recuperar mis fuerzas. Mi respiración se normalizó y recuperé el apetito. Finalmente, volví por completo a todas mis actividades físicas, incluidos mis deportes favoritos. Desde entonces, me he mantenido completamente libre. Esta experiencia me hace pensar en estas palabras: “Cuando despertemos a la verdad del ser, toda enfermedad, dolor, debilidad, cansancio, pesar, pecado, muerte serán desconocidos y el sueño mortal cesará para siempre” (Ciencia y Salud, págs. 218-219). Estoy infinitamente agradecido a Dios por la práctica de la Ciencia Cristiana y por esta curación que me sacó de la oscuridad a la luz.

Hernando Pico Niño
Bogotá, Colombia

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