Este es el tema de numerosas canciones, películas, libros, podcasts, sermones y, por supuesto, artículos; ¡incluido este! Y con razón. La gente siente intuitivamente que el amor es algo poderoso. Lo anhelamos y sentimos su falta intensamente cuando creemos que no lo tenemos. Oímos hablar de esfuerzos y sacrificios heroicos que las personas hacen por amor a los demás; a veces por aquellos que ni siquiera conocen.
Entonces, ¿por qué, cuando nos enfrentamos a un enemigo, a menudo dejamos de lado el amor como solución, creyendo que la agresión o la violencia son la única opción para superar un desafío a nuestro bienestar, seguridad o derechos o a los de los demás; a pesar de que, a lo largo de la historia los pensadores han insistido en que el amor es lo único que realmente puede salvarnos?
Hace casi dos mil años, Cristo Jesús dijo en su prodigioso Sermón del Monte: “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:43-45). Siglos más tarde, el reverendo Dr. Martin Luther King, Jr., en su sermón titulado “Ama a tus enemigos”, citó la admonición de Jesús y añadió: “Es el amor lo que salvará a nuestro mundo y a nuestra civilización, el amor incluso por los enemigos”.