Cuando se compara con el drama que se reporta en las noticias día a día, leer las Lecciones Bíblicas que se presentan en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana puede parecer un ejercicio bastante tranquilo. Pero la compilación de citas de la Biblia y de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, escrito por Mary Baker Eddy, de cada semana transmite el poder transformador del Cristo, la Verdad, de nuevas maneras. Ese es el pináculo de la información actualizada: Dios expresando a la consciencia humana el conocimiento que necesitamos de la bondad divina, despertándonos a lo que es oportuno comprender acerca de Dios, el Espíritu, y Su creación espiritual. ¿Qué podría ser más convincente que la presente posibilidad de la curación cristiana? ¡Esta es una noticia que deberíamos querer leer!
Para aquellos de nosotros atados a las alertas de noticias de última hora, estas noticias espirituales diarias pueden llevarnos a cuestionar a qué damos prioridad. ¿Prestamos atención principalmente a lo que parece estar yendo mal o a lo que es eternamente correcto, es decir, el amor que todo lo abarca, la constante presencia y la verdad todopoderosa de Dios?
Hacer de esto último nuestra principal fuente de noticias nos permite arrojar una luz sanadora sobre los sucesos mismos que, de otro modo, podrían movernos a tener intensas reacciones como frustración, temor, desesperación o incluso rabia. Nos permite mirar más allá del clamor de los acontecimientos para ver una “corriente que fluye hacia el cielo” (Ciencia y Salud, pág. 106), una tendencia subyacente de pensamiento hacia la armonía que Dios eternamente exuda y que nosotros, por ser Su expresión, realmente incluimos. Notar la presencia de esta armonía celestial donde parece prevalecer la discordia humana fomenta una calma reconfortante, así como confianza en el progreso presente y futuro. Esa es una esperanza poderosa y sanadora para introducir en la diversidad del pensamiento colectivo de la humanidad cada día.
La corriente que corre hacia el cielo está siempre en curso porque es el flujo del Cristo, la Verdad divina, haciendo que el pensamiento materialista dé paso al reconocimiento de lo que es espiritualmente real. El Cristo está siempre activo en la consciencia humana, guiándonos individual y universalmente en el camino de la salvación, nuestra libertad absoluta de toda consciencia y condiciones discordantes. Cada vez que somos receptivos a esa dirección propia del Cristo, la verdad espiritual de cuán armoniosos somos como creación de Dios sale a la luz.
Esta realidad de la armonía espiritual se describe de varias maneras en todos los escritos de la Sra. Eddy, incluyendo esta audaz declaración que sin duda, hoy en día, impactaría a la humanidad como una “noticia de última hora”: “El hombre, como idea de Dios, ya está salvado con salvación eterna” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 261). Es decir, no estamos sufriendo —ni siquiera “sobreviviendo”— en un mundo imperfecto y material, sino que estamos por siempre bien, libres y provistos de recursos infinitos en un universo que funciona en perfecta armonía.
Si bien esto podría parecer contradictorio, vale la pena reflexionar sobre él como el contrahecho espiritual de todo lo que informan los sentidos materiales. Significa que no estamos esperando ser salvos, sino que estamos despertando a la verdad establecida de que somos la expresión de Dios, 100 por ciento seguros, saludables y permanentemente provistos por Dios, el bien infinito. Cada reversión a través del Cristo de lo que parece ser la evidencia opuesta del mal es parte de la “corriente” que mueve a la humanidad hacia la prueba universal de la “salvación eterna”.
Un relato bíblico (véase Lucas 24) describe un cambio significativo en esta dirección cuando la crucifixión de Jesús fue en sí misma el titular del día, dejando a sus seguidores dispersos y abatidos. Dos de ellos, que se dirigían de Jerusalén a una aldea cercana llamada Emaús, no pudieron evitarlo: De lo único que podían hablar era de las noticias de última hora, incluidos los asombrosos rumores de que Jesús todavía estaba vivo. Este enfoque de su conversación continuó cuando se les unió un extraño, que en realidad era Jesús resucitado, a quien no reconocieron.
Piénsalo. Allí mismo, donde las principales noticias acaparaban de tal manera la atención y eran desgarradoras, el punto más crucial de la historia —la piedra angular de la salvación de la humanidad— se estaba desarrollando ante sus ojos. Estaban en el camino a Emaús, mientras que Jesús estaba en el camino de la ascensión, su prueba definitiva de que la humanidad solo está erróneamente ligada a o por una existencia mortal limitada. En el lenguaje de las Escrituras, estaba a punto de ascender “a lo alto” y “[llevar] cautiva la cautividad” (Efesios 4:8). No sólo estaba señalando el camino de la salvación, sino demostrando que su conclusión es la vida vivida completamente por encima e independiente de la materia, en el Espíritu puro, Dios.
Cuando los dos discípulos comprendieron lo que realmente estaba pasando, regresaron de inmediato a Jerusalén para compartir las nuevas y verdaderas noticias de última hora, las noticias reales; las buenas nuevas siempre relevantes de que Jesús había resucitado. Había demostrado de manera concluyente que la mortalidad era una conclusión inexacta de la mente humana engañada.
Esta es la noticia que debemos analizar para estar correctamente informados sobre lo que está pasando. Nos bendecimos a nosotros mismos y servimos mejor a la humanidad al dar diariamente prioridad a familiarizarnos con las noticias del Evangelio acerca de nuestra salvación eterna como creación de Dios. Dejar que este mensaje del Cristo nos salve disuelve la percepción errónea de la existencia como una serie de problemas agudos y crónicos. Al volvernos a Dios para que disuelva el temor, la tristeza o la ira con los que podríamos sentirnos tentados a reaccionar ante lo que sea que esté sucediendo en el mundo, veremos surgir más de la armonía celestial de Dios, tanto allí mismo donde estamos como más allá de nuestras propias vidas, incluso en las noticias diarias que se informan.
Tony Lobl, Redactor Adjunto
