Mientras caminaba por el desierto, obtuve una nueva perspectiva sobre la Pascua y la resurrección.
Una forma de ver la Pascua y la resurrección de Jesús es desde un aspecto de pérdida y ganancia. La crucifixión de Jesús fue una pérdida terrible para sus discípulos y otros seguidores, pero su posterior resurrección y ascensión significaron que los discípulos obtuvieron una nueva comprensión del Cristo. Esta comprensión los apartó de depender de una persona y los llevó a la percepción de la verdad del ser: que la vida es espiritual y eterna y que en ningún momento está determinada por la carne.
Los discípulos fueron más capaces de superar toda clase de problemas, como lo demuestran sus obras sanadoras relatadas en el libro “Hechos de los Apóstoles”. La creencia material en Jesús como el libertador había dado paso a la comprensión del hecho de que el eterno libertador, el Cristo, está siempre presente para redimir y sanar.