Mientras los líderes buscan soluciones a la crisis del euro, la austeridad parece ser la “nueva realidad”, junto con el desempleo, los impuestos más altos y el temor por la potencial pérdida de puestos de trabajo. Como la economía global está tan interconectada, la verdad es que se necesitan las oraciones de todos, y así todos seremos beneficiados.
Podemos empezar afirmando la realidad de la bondad y el amor de Dios por Su creación, e insistir en que existe una solución divina. Esta oración puede brindar respuestas inspiradas para reducir el déficit y crear crecimiento para todos, no sólo para la Eurozona. Es necesario cuestionar el miasma que proviene de creer que la gente tendrá que reducir sus gastos durante años sin ver crecimiento alguno. Necesitamos orar con la firme convicción de los hechos espirituales acerca de la relación indestructible que tenemos nosotros y todos los demás con el Amor divino y su tierno cuidado paternal.
La abundancia de Dios jamás se vuelve impotente ante las necesidades humanas, y no es influida cuando se usa en exceso o se reducen los gastos.
Como parte de mis propias oraciones por la crisis de la Eurozona, me resultó útil buscar el significado de la palabra austeridad. Entre sus sinónimos se encuentran: escasez, inflexibilidad, frialdad y severidad. Me pregunté si el Amor divino es acaso cruel y retiene el bien. A través de mi propia experiencia y el estudio de la Ciencia Cristiana, he aprendido que Dios, que nos creó a Su semejanza, es un Dios de abundancia más que de severidad o escasez.
Al orar y razonar sobre la naturaleza de Dios y el hombre, me ayudó mucho este pasaje de Ciencia y Salud por Mary Baker Eddy: “El Alma tiene recursos infinitos con que bendecir a la humanidad…” (pág. 60). Al Alma le incumbe darnos a cada uno de nosotros este bien inagotable.
El versículo bíblico “El Señor es mi pastor; nada me faltará” (véase Salmo 23:1) indica que no hay privación, y demuestra que la provisión está constantemente manando a borbotones del Amor divino. También la cita, “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su senos los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” (Isaías 40:11). Esto indica el cuidado tan tierno de Dios. Orar con este versículo me ayuda a ver que Dios, quien es la Vida misma, no incluye ningún elemento de crueldad o disminución. En esta Vida divina no hay niños desprotegidos, familias de bajos recursos vulnerables, o pobreza creciente. La abundancia de Dios jamás puede volverse impotente ante las necesidades humanas, y tampoco es influenciada cuando se gasta en exceso o se reducen los gastos. Dios y Su imagen y semejanza están en el punto exacto de la perfección y el progreso permanentes.
La oración que reconoce estos hechos espirituales es como una luz para el pensamiento humano, revela nuevas posibilidades. Calma los temores enardecidos por la cobertura de los medios de comunicación. Brinda a los líderes valor e integridad para tomar decisiones difíciles y para comunicarse con eficacia con los ciudadanos. Incluso puede mostrar a las naciones nuevas formas de trabajar juntas y ser productivas.
Este tipo de oración despierta la confianza en Dios. Se hace con la convicción de que los recursos infinitos del Alma son poderosos, y jamás pueden ser obstaculizados por las especulaciones materiales acerca del tiempo. La oración que percibe con claridad espiritual los infinitos recursos del Alma, puede tener el efecto sanador de hacer que la infinita y sanadora inteligencia de Dios tenga inherencia en cada aspecto de la crisis.
También me ha resultado útil preguntarme sobre las medidas de austeridad en mi propia vida. ¿Expreso acaso menos amor cuando la situación parece difícil, soy cautelosa en lugar de confiar en que la totalidad del bien es suficiente, o no estoy dispuesta a “gastar” mi alegría?
Si bien la Eurozona todavía no ha salido del problema, podemos reconocer los esfuerzos que se están haciendo para encontrar la dirección correcta con la oración y comprensión de que la ley de Dios es el constante desarrollo del bien. Orar desde esta base tiene implicaciones de mucho más largo alcance para las personas, los gobiernos y los países, tanto dentro como fuera de la Eurozona.