El verano pasado, en el campamento decidí participar en una difícil competencia de natación en un lago. Se llama “Nademos hasta Cherry” porque vamos desde la orilla del lago hasta una pequeña isla llamada Cherry y regresamos. Cuando nadé con otros campistas en el pasado, había sido realmente difícil. Me cansé y me costaba respirar.
Este año, cuando comenzó la competencia de natación, sucedió lo mismo. Estaba frustrada porque quería terminarla, así que decidí orar. Voy a una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, donde aprendo acerca de Dios, así que fue natural para mí recurrir a Dios en busca de ayuda.
Los himnos siempre me ayudaron cuando he orado antes, así que mientras nadaba, canté un himno que conozco del Himnario de la Ciencia Cristiana. Comienza: “La colina, di, Pastor, / cómo he de subir” (Mary Baker Eddy, N° 304). Para mí, eso significa que Dios nos ayudará siempre que Lo necesitemos, incluso cuando nadamos. (El campamento al que asisto es un campamento para Científicos Cristianos, así que me sentí cómoda orando y cantando en voz alta.)
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