Podríamos pensar que la palabra reprimenda es negativa. ¿Quién quiere ser reprendido? Pero una reprimenda puede tener un efecto positivo en nuestras vidas si hay validez en lo que se dice y si nos motiva a cambiar para mejor. Si algo anda mal, aceptar una reprimenda bien intencionada ayuda a corregirlo.
Esto es especialmente cierto en términos de nuestro crecimiento espiritual. Los escritos de Mary Baker Eddy incluyen muchas hermosas reprimendas, no a sus lectores, sino a las percepciones de los sentidos materiales que negarían la bondad infinita de Dios. He aquí una en la que he estado reflexionando: “Ninguna evidencia de los sentidos materiales puede cerrarme los ojos ante la prueba científica de que Dios, el bien, es supremo”. Y continúa: “Aunque Él está rodeado de nubes, la justicia y el juicio divinos están entronizados. El Amor está especialmente cercano en tiempos de odio, y nunca tan cerca como cuando uno puede ser justo en medio del desenfreno, y devolver bien por mal” (Escritos Misceláneos 1883-1896, pág. 277).
Espera un momento, ¿qué? ¿Hay una prueba científica de que el bien es supremo? ¿Qué tipo de prueba científica? ¿Qué evidencia puede probarme que la salud es suprema frente a la enfermedad? ¿Dónde está la prueba científica de que la paz es más poderosa que la ira y la guerra que estamos viendo en este momento?
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