“Sé un girasol”, publicó un amigo en línea —un recordatorio para mí de centrar mi atención en Dios, como los girasoles juveniles siguen al sol.
No mucho después, estaba en un paseo matutino con los perros y me maravillé al ver un vasto campo de girasoles, todos vueltos hacia arriba en dirección al sol naciente. Fue hermoso e inspirador verlo.
Más temprano en la mañana había estado reflexionando sobre lo que significa orar sin cesar. Al mirar esos girasoles, pensé que su atracción sin esfuerzo en dirección al sol es como orar sin cesar, es decir, mantener el pensamiento tan enfocado en Dios que nada más puede desviar nuestra atención.
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