No hay nada como sentir que has llegado al límite para ser impulsado a ir más allá de ti mismo a fin de encontrar una solución.
Esto me sucedió hace algunos años cuando sufría de un trastorno interno agudo. Mi esposa, yo y nuestros dos hijos pequeños habíamos volado ese día a otro estado para visitar a nuestra familia. No me sentía bien al final de la tarde y fui a acostarme en nuestra habitación y orar. A medida que avanzaba la noche, empeoró, a tal punto que sentí dolor, me asusté y pensé que podría perder el conocimiento.
Sin embargo, habiendo descubierto muchas veces que se puede confiar en la Ciencia Cristiana para sanar enfermedades y heridas solo a través de la oración, me volví a Dios con todo mi corazón y me dediqué a escuchar con fervor lo que Él me decía. Las curaciones a menudo habían llegado en el momento en que estaba dispuesto a ver el punto de vista de Dios. Muchas veces, las ideas habían venido de la Biblia, o del libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, que me ha dado una comprensión más profunda de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
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