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Aprendió más acerca de la curación

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 17 de noviembre de 2025


En el verano, Ricky y su familia iban a la playa casi todos los sábados. Ricky y sus hermanos nadaban y jugaban con su perro mientras papá pescaba y mamá leía un libro. De camino a casa, casi siempre se detenían para tomar un helado.

Este sábado en particular, Ricky esperaba con ansias un cono de helado de vainilla bañado con chocolate. Después de bajar del auto, Ricky puso su mano cerca de la puerta mientras su hermano Tommy salía del asiento trasero. Tommy cerró la puerta, atrapando accidentalmente dos de los dedos de Ricky. Ricky gritó, y Tommy rápidamente abrió la puerta para liberar la mano de su hermano. Realmente le dolió, y Ricky ya no quiso helado. Solo quería acurrucarse y orar con su mamá. Ricky iba regularmente a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana y sabía de las curaciones por confiar en Dios a través de la oración. 

La mamá le dio un gran abrazo a Ricky y se sentaron en el auto durante unos minutos orando. Ricky sabía que Tommy no había tenido la intención de lastimarlo. Cuando Tommy le dijo a Ricky que lo lamentaba, Ricky aceptó su disculpa y supo que podía perdonar a Tommy. 

A Ricky le encanta leer la Biblia, y pensó en todas las historias que había aprendido en la Escuela Dominical donde las personas fueron sanadas. 

Otro libro que le gusta es Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras de Mary Baker Eddy. Este pasaje de Ciencia y Salud lo ayudó a pensar en los accidentes de una manera diferente: “Cuando ocurre un accidente, piensas o exclamas: ‘¡Estoy herido!’ Tu pensamiento es más pode­roso que tus palabras, más poderoso que el accidente mismo, para hacer real la lesión.

“Ahora invierte el proceso. Declara que no estás herido y comprende el porqué, ...” (pág. 397).

Durante todo el camino a casa, Ricky trató de “invertir el proceso”. Dejó de pensar en el accidente y no miró su mano. En cambio, recordó que estaba rodeado por el amor de Dios porque Dios está en todas partes. ”La razón por la que” Ricky no resultó herido fue que Dios no experimenta, no conoce ni crea los accidentes. Así que Ricky sabía que, puesto que Dios no podía sufrir un accidente, por ser la expresión de Dios, él tampoco podía.

Cuando Ricky llegó a casa, ya no le dolía la mano. Después de dormir muy bien esa noche, notó que solo había una pequeña línea en cada dedo, que pronto desapareció. Ricky estaba muy feliz de haber tenido una curación. También estaba contento de aprender más sobre la oración y sobre cómo confiar en Dios para sanar.

Y cuando él y su familia regresaron a la playa la semana siguiente, ¡Ricky se tomó su helado!

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