Hace unos 25 años que estudio la Ciencia Cristiana y he tenido muchas curaciones. A veces he pensado: “Ahora sé todo y puedo manejar todo con la Ciencia”, pero he descubierto que hay desafíos que requieren una comprensión más profunda de la Verdad divina antes de que se logre la curación. El estudio de la Ciencia Cristiana es, de hecho, el desenvolvimiento de la Verdad en la conciencia durante toda la vida.
Cuando he tenido este tipo de desafíos, a menudo le he pedido a un practicista de la Ciencia Cristiana que ore por mí. Una de esas ocasiones ocurrió hace algún tiempo cuando de repente sentí dolor en mi oído izquierdo. Al principio, oré sola para superar el dolor, pero pronto me di cuenta de que lo mejor sería pedirle ayuda a una practicista. Ella accedió a orar por mí. Sin embargo, durante la noche, el dolor de oído se volvió tan insoportable que decidí buscar atención médica de inmediato.
Yo estaba afuera de Alemania en ese momento, pero conduje de regreso, pensando que sería mejor recibir tratamiento médico allí. Cuando llegué al hospital más cercano, eran las dos de la madrugada y estaba tan cansada y me sentía tan mal que apenas podía pensar. Le había avisado a la practicista que buscaría ayuda médica, y ella accedió a seguir orando por mí hasta entonces, completamente confiada en que habría curación y que no se necesitaría ningún otro tipo de tratamiento. Esto me consoló mucho.