Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

El Amor tiene el control

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 24 de abril de 2025


Me imagino que la mayoría de nosotros probablemente preferiríamos evitar ser arrojados a un foso de leones hambrientos en contra de nuestra voluntad. ¡Tampoco entraríamos voluntariamente en lo que parece una destrucción segura!

Es probable que esto también fuera cierto para Daniel en los tiempos bíblicos, cuya historia describe una época bajo el rey Darío en la que ser arrojado a un foso de leones era un castigo por negarse a reconocer al rey como un dios (véase Daniel 6). Daniel continuó cumpliendo con el Primer Mandamiento: adorar al único Dios que él sabía era el único Dios verdadero. Y aunque el rey había sido engañado para imponer este castigo en contra de sus propios deseos personales, la profunda confianza de Daniel en que el Amor, Dios, tenía dominio sobre todos lo protegió a él y a los leones. El rey celebró con Daniel el poder salvador de Dios y el Amor que mantenía el control y aseguraba el bien para todos. 

Curiosamente, las oraciones de Daniel no le impidieron tener que entrar en el foso de los leones. Pero su comprensión del poder de Dios le dio el entendimiento espiritual de que no había foso de leones, ni peligro real, ni siquiera en el lugar que parecía más peligroso. Él podía pasar por esta experiencia y estar a salvo. Daniel trajo un sentido tal del control del Amor sobre él, y sobre todo, que la ferocidad del miedo fue neutralizada. “Comprendiendo el control que el Amor mantenía sobre todo, Daniel se sintió seguro en el foso de los leones, ...” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 514). 

¿Te has encontrado alguna vez pensando que, si tan solo hubieras orado más o estudiado más, no habrías tenido que enfrentar algo difícil? Pero la oración cristianamente científica no se emplea para controlar las circunstancias o evitar enfrentar cosas difíciles. Por el contrario, nos libera del miedo, la ansiedad y el peligro que pueden acompañar las dificultades que enfrentamos. Demuestra que no importa las cosas difíciles que tengamos que enfrentar, el Amor tiene el control y nos protege. Comprendemos esto a medida que conocemos a Dios como Verdad, Espíritu y Mente. Esta Mente hace que cada uno de nosotros conozca y sienta la presencia y el poder divinos en cualquier circunstancia.

Hace poco, alguien me envió una caricatura que decía: “¡Relájate! Nada está bajo control”. Pero para realmente relajarnos y dejar de tratar de mantener siempre las cosas bajo control, tenemos que entender que el control lo tiene una fuente superior: Dios. Comprender que el Amor divino siempre gobierna nos permite renunciar a la necesidad de estar a cargo y abandonar el apego a un determinado resultado. Podemos hacer esto al ceder a lo que la Ciencia Cristiana identifica como el Cristo: la influencia divina siempre presente en la consciencia que nos da la posibilidad de ver más allá de la lucha hacia el oro puro y la perfección de la verdadera identidad espiritual.

Al ceder todo al Amor, nos hallamos anhelando más experimentar dominio que evitar desafíos; más ganar la conciencia de ser el hermoso reflejo del Alma, Dios, que verse de cierta manera o tener cierta forma o tamaño de cuerpo; más tener el consciente y continuo sentido de unidad con el bien, Dios, que simplemente arreglar un problema y seguir nuestro camino; más sentir el poder espiritual de nuestra propia inocencia que señalar las faltas de los demás. Ceder a un enfoque propio del Cristo sobre el conocimiento del poder del Amor trae liberación y curación. Descubrimos la felicidad al confiar en Dios como Alma en lugar de tratar de crear perfección en nuestra experiencia humana. 

Cuando el rey Darío corrió al foso de los leones a la mañana siguiente, lo hizo con la esperanza de que la confianza de Daniel en su Dios lo hubiera liberado. Al explicar su protección, Daniel dijo: “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente”.

En efecto, Daniel estaba diciendo que la omnipotencia del Amor divino nos da un sentido consciente de que estamos libres de las aparentes fuerzas destructivas. Este mismo poder que operó para Daniel no ha sido desplazado con el tiempo. Cuando ganamos confianza en nuestra seguridad a través de la comprensión de nuestra unidad con Dios como Mente, Amor y Espíritu, podemos enfrentar nuestros propios problemas como los de un león. La comprensión del ser propia del Cristo facilita la protección contra el mal a través de la fortaleza de la inocencia: la verdadera espiritualidad y semejanza a Dios. Ceder a esta intuición a semejanza del Cristo nos hace sentir con seguridad la confianza de que el bien está operando, allí mismo donde sentimos el temor de que suceda algo malo.

Conocer el gobierno de la Mente sobre toda la creación nos da ecuanimidad y la confianza para encontrar seguridad y protección en el único lugar donde se puede encontrar la verdadera seguridad: Dios. Y vemos que el Amor es lo único que puede controlarnos a nosotros y a todos. 

Larissa Snorek, Redactora Adjunta

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más artículos en la web

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.