Sentí que necesitaba un descanso de la Ciencia Cristiana. Había tenido algunas curaciones importantes en el pasado; no tenía ninguna duda de que la oración sana. Pero después de una serie de sucesos en la vida que prácticamente me diezmaron, quería algo diferente. Realmente diferente.
Empecé a leer muchos libros de autoayuda, y todos parecían ser muy prometedores. A veces tenían pasos fáciles de seguir o cuestionarios para completar, y yo tenía la esperanza de tener tanto éxito como las personas de los libros. Iba a la librería y permanecía en la sección de autoayuda durante horas, y siempre volvía a casa con un montón de títulos nuevos que me hacían sentir que finalmente yo estaría bien.
Desafortunadamente, mi euforia inicial de que las cosas mejorarían se desvaneció en aproximadamente un mes, al darme cuenta de que ninguno de los nuevos “planes de vida” realmente cambiaba nada. Las ideas de los libros no tuvieron el tipo de impacto perdurable que yo esperaba.