Hoy en día, los informes de noticias casi siempre incluyen relatos de disturbios, así como situaciones y actos que muchos sienten que son amenazas a los principios democráticos y a un gobierno justo. Al ver estos informes, a veces me he sentido un poco como el personaje bíblico Job cuando dijo: “Me ha acontecido lo que yo temía” (Job 3:25).
Para los ciudadanos, hay canales a través de los cuales hacer oír nuestras voces. Estos son útiles, pero cuando la necesidad parece extrema, ¿son suficientes estos canales?
Como Científico Cristiano, cada vez que he enfrentado circunstancias que podrían dañar a mi familia o a mí, he descubierto que el poder de la oración puede traer una solución. Estas circunstancias han incluido la pérdida del trabajo, complicaciones con el nacimiento de nuestros hijos, desafíos profesionales, problemas de salud, dificultades financieras, extrema depresión y soledad. Estas curaciones me demostraron que Dios nos ayuda individualmente en tiempos difíciles. Entonces, ¿por qué no ayudaría con los problemas que la humanidad enfrenta colectivamente en este o en cualquier otro momento?