A comienzos de 2013, se realizaron en Italia elecciones parlamentarias que resultaron en un incierto liderazgo político. Como consecuencia, se hicieron predicciones de que la crisis económica volvería con todas sus fuerzas, y que el euro posiblemente se desplomaría en poco tiempo. Puesto que el fondo de rescate del euro que ya se había acordado, no es lo suficientemente grande para lidiar con una crisis de ese tipo, había gran preocupación en Alemania y en otros países donantes.
Antes de dedicarme totalmente a la práctica de la Ciencia Cristiana, yo era ingeniero industrial y, como tal, enfrentaba con frecuencia problemas que parecían no tener solución. Los informes de los medios de comunicación acerca de la crisis financiera del euro, han sido un llamado de atención para mí, pues me ha hecho pensar en lo que esto significa para mí, para el pueblo de los países del euro y para la estabilidad de todo el mundo. Específicamente, ¿de qué manera puedo yo, como Científico Cristiano, responder a esta situación?
Durante la clase de instrucción Primaria, los Científicos Cristianos aprenden que el tratamiento en la Ciencia Cristiana les permite comprender la omnipotencia de Dios y cómo este conocimiento revela soluciones incluso a lo que parecen ser problemas difíciles de resolver. De este modo, cualquier tipo de dificultad puede transformarse en una oportunidad para recibir bendiciones.
En la oración científicamente cristiana, siempre partimos de la base de un creador perfecto y una creación perfecta. Desde este punto de vista espiritual, podemos ver con claridad que las noticias negativas, como son el aumento del desempleo, la caída en la bolsa de valores, las enormes deudas gubernamentales, la amenaza de un colapso bancario, y así sucesivamente, pueden cambiarse orando con devoción. Esos informes sugieren que nuestro Dios infinitamente amoroso ya no tiene el control infalible de Su creación. No deberíamos ni debemos aceptar este punto de vista equivocado.
Más bien, debemos mantenerse en guardia ante la puerta de nuestro pensamiento y negarnos a permitir ser aterrorizados por las alarmantes cifras o predicciones sobre ellas. Nuestras perspectivas cambian cuando reconocemos que, a fin de cuentas, sólo existe un número real, el uno, es decir, un Dios, una Mente, que lo gobierna todo armoniosamente. Al orar tomamos consciencia de que esta Mente incluye toda la sabiduría y todo el poder en sí misma. Al orar de esta forma, se vuelve obvio que Dios, la Mente, es de hecho el “jefe” de más alto nivel que tenemos en las finanzas del euro, y puede guiar a aquellos encargados de resolver la crisis del euro, a encontrar soluciones que sacarán a las naciones de la crisis de una manera correcta y armoniosa.
Cuando estemos dispuestos a abandonar nuestras nociones limitantes y a poner a Dios primero, veremos al Amor divino y perfecto en operación en todos nuestros asuntos. La estabilidad económica y financiera será la consecuencia inevitable.
Mary Baker Eddy escribe en su obra principal, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “A medida que los mortales renuncien a la ilusión de que hay más de una Mente, más de un Dios, el hombre a semejanza de Dios aparecerá, y este hombre eterno no incluirá en esa semejanza elemento material alguno” (pág. 191).
Hace años, cuando decidí dejar mi empleo bien remunerado y entrar en la práctica de la Ciencia Cristiana, de pronto me embargó el gran temor de que mis ganancias como practicista tal vez no fueran suficientes para responder a mis necesidades. Muy pronto vi claramente que tenía que orar para eliminar esas preocupaciones y temores. Debía comprender la realidad y omnipresencia de Dios. Comencé a orar para cambiar mi manera de pensar reconociendo que soy la creación perfecta y completa de un creador perfecto y afectuoso. Por lo tanto, jamás podía sufrir escasez. O, como expresa Eddy en su interpretación del Salmo 23: “[El amor divino] es mi pastor; nada me faltará” (Ciencia y Salud, pág. 578).
La Biblia ofrece muchas maneras de encontrar soluciones a todo tipo de temores. Por ejemplo, Cristo Jesús dice: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir” (Mateo 6:25). A medida que pensamos y actuamos como Jesús hizo, podemos probar que Dios, nuestro Padre, no es una mera hipótesis, sino una realidad práctica. Mediante nuestra unidad con Dios somos siempre infinitamente bendecidos, ya sea en nuestros asuntos de negocios o en otras áreas de la vida humana. He visto pruebas de este hecho espiritual hasta el día de hoy, y realmente jamás he sufrido escasez.
Con la oración podemos percibir la realidad divinamente espiritual que disuelve la codicia, los celos, el fraude y otras cosas por el estilo. Esta convicción espiritual puede moldear nuestras oraciones por Europa, además de abrir nuestro pensamiento para que sea receptivo al nacimiento de nuevas ideas y al reconocimiento de que todos los involucrados pueden salir de la crisis. La realidad es espiritual y se manifiesta a través de la “sabiduría, pureza, comprensión espiritual, poder espiritual, amor, salud, santidad” (Ciencia y Salud, pág. 116).
Estas cualidades están al alcance de todos porque somos ideas de Dios. Esto incluye tanto a los que toman decisiones en los negocios y en el gobierno, así como a aquellos cuyos trabajos están en riesgo. Reconocer el control del Espíritu, el Amor, en los aspectos de nuestra vida, nos permitirá alcanzar renovada alegría y esperanza con resultados prácticos, tanto individual como colectivamente.
En realidad, el verdadero capital y la verdadera seguridad de la comunidad humana yace en la receptividad de ideas correctas y en la alegría que se siente al tener la expectativa de verlas en acción. Con esta forma de pensar, pueden surgir oportunidades provechosas. Por ejemplo, un programa para la eliminación del desempleo entre la juventud, es un prerrequisito para que se otorguen subvenciones de los fondos del rescate financiero del euro. Nuestras oraciones pueden asegurar que dicho programa sea inspirado por la alegría y brinde a los jóvenes el cometido y el deseo de ayudar a moldear la nueva Europa.
La aparente emergencia se basa en la noción falsa de que vivimos de alguna forma en un mundo imperfecto e inferior, apartados del reino infinito de Dios. Esto no es verdad, puesto que la naturaleza infinita de la creación no puede ser interrumpida por ninguna otra cosa. La comprensión de este hecho espiritual disuelve la creencia en la crisis del Euro. Realmente hay una sola creación, la única y sola presencia y realidad del amor de Dios. Llegar a comprender que el propósito del Amor divino es bendecir a cada individuo, y revelarse como una realidad a cada uno de nosotros, proscribe el temor a las crisis financieras y económicas.
Cuando estemos dispuestos a abandonar nuestras nociones limitantes y a poner a Dios primero, veremos al Amor divino y perfecto en operación en todos nuestros asuntos. La estabilidad económica y financiera será la consecuencia inevitable.