Hasta ahora, 19 torneos de la Copa Mundial se han celebrado en 16 países de cuatro continentes diferentes. Brasil será sede de la vigésima Copa Mundial, que es el evento deportivo más popular del planeta. La Copa Mundial de 2010, por ejemplo, que se celebró en Sudáfrica, fue vista por 3.200 millones de televidentes, lo que representa aproximadamente el 46 por ciento de la población mundial (según datos recopilados por Kantar Sport, kantarmedia.com, en nombre de la FIFA [Federación Internacional de Fútbol Asociación].
Un evento de tal magnitud genera turismo y nuevos puestos de trabajo; estimula el sector de la construcción y el comercio; atrae inversiones para asegurar una infraestructura, alojamiento y seguridad adecuadas; pone al país anfitrión a la vanguardia de la tecnología de la información. Organizar un evento como la Copa Mundial es, sin duda, una alegría y un privilegio. No obstante, los retos también son muchos, porque para organizar un evento como este, se necesita mucho orden, administración, control y transparencia.
Por lo tanto, en este momento, me doy cuenta de que es importante tener muy claro en nuestro pensamiento que la motivación de todos los involucrados en la organización del campeonato refleja el gobierno de la Mente única, Dios. Comenzar nuestras oraciones con esta verdad espiritual es, para mí, la única manera de lidiar con las sugestiones agresivas y erróneas que constantemente tratan de hacernos dudar de la correcta utilización de los recursos financieros y la capacidad que tiene Brasil para celebrar un evento como la Copa Mundial.
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