De acuerdo con la Ciencia Cristiana, el sueño profundo de Adán, que se describe en el Génesis en el relato alegórico de la creación material, simboliza la primera aparición del magnetismo en el pensamiento humano. El hipnotismo se ha convertido en una fuerza que hay que tener en cuenta, como el autor de esta notable alegoría reconoció incluso, en aquel entonces.
Después de la historia de la formación de Eva por medio de una costilla de Adán —que representa la auto-división del error, o el sentido carnal de la vida en la materia— la alegoría describe la fuerza mental hipnótica como una serpiente que puede tentar a la humanidad y distraerla para que no obedezca los mandamientos de Dios.
La serpiente continúa simbolizando a la hipotética mente maligna a lo largo de toda la Biblia. Mary Baker Eddy dice en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras: “En el Génesis, esta alegórica serpiente que habla simboliza la mente mortal, ‘astuta, más que todos los animales del campo’. En el Apocalipsis, al acercarse a su perdición, este mal aumenta y se convierte en el gran dragón escarlata, henchido de pecado, ardiendo en guerra contra la espiritualidad y maduro para la destrucción” (págs. 564, 565).
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