Todos queremos tener un cuerpo saludable, y muchos han descubierto que considerar que sus cuerpos son sirvientes en lugar de amos, es dar un paso importante para tener menos dificultades con ellos. En un sentido muy real, el hombre es la expresión concreta y consciente de las ideas del Espíritu, y de aquellas facultades, capacidades y cualidades que lo caracterizan como el reflejo espiritual de Dios.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!