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Siempre ante la presencia del Amor

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 4 de marzo de 2016

Original en portugués


El autobús estaba lleno y no había asientos vacíos, así que me quedé un poco detrás del asiento reservado para gente de avanzada edad. En una parada, una señora mayor subió lentamente al autobús y un joven, apurado, trató de adelantarse y enojado la insultó, usando palabras muy agresivas.

Por un momento, me sentí enojado con el joven, pero entonces recordé una idea en la que había estado pensando justo antes del incidente: “Estoy ante la presencia del Amor y expreso la paz de Dios; estoy con Dios, y avanzo con Dios”. Y al ver que el muchacho amenazaba con lastimar a la señora, también pensé: “Esta verdad es verdad para mí y para todos en este autobús”. Recordé la omnipresencia de Dios, que es Amor, y pensé: “Yo ya estoy, y todos aquí están, en absoluta paz, porque tenemos nuestro ser en Dios, el Amor divino, y la agresión no tiene realidad, porque el Amor nos rodea por completo”.

Si Dios es la única causa, Él produce todo efecto, y Su efecto solo puede ser el bien expresado en el universo y en todos nosotros, Sus hijos.

Mientras tanto, el joven continuaba con su actitud agresiva. Di dos pasos adelante y me paré casi junto a la mujer, pensando en tomar la mano del hombre si la levantaba. Como sé artes marciales, me sentí tentado a darle un golpe fuerte y dejarlo inconsciente. Pero entonces recordé un pasaje de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy: “Sé el portero a la puerta del pensamiento. Admitiendo sólo las conclusiones que deseas que se realicen en resultados corporales, te controlarás armoniosamente a ti mismo” (pág. 392). En el pasado, antes de empezar a estudiar la Ciencia Cristiana, yo no habría tenido paciencia y hubiera querido hacerme el héroe. Pero ahora me vino al pensamiento el tema de una Lección Bíblica de la Ciencia Cristiana, “Dios, causa y creador único”. Entonces afirmé: “Si Dios es la única causa, Él produce todo efecto, y Su efecto solo puede ser el bien expresado en el universo y en todos nosotros, Sus hijos. Por lo tanto, hay una sola fuente de todos los pensamientos verdaderos, y nosotros, como hijos de Dios, solo recibimos pensamientos de paz”.

En seguida me tranquilicé. Respiré profundamente y di otro paso más cerca de la señora. Eso pareció intimidar al joven, quien rápidamente salió del autobús, y la atmósfera se calmó. La señora me sonrió, y yo estuve muy agradecido a Dios, porque me di cuenta de que si hubiera cedido a la ira y tratado de intervenir físicamente, podría haber producido una discordia mucho más grande. Sentí como si hubiera sido capaz de caminar sobre las agitadas aguas de un mar tormentoso.

Puesto que Dios es el Amor omnipresente, todos vivimos en el Amor.

Oro diariamente con el Padre Nuestro que enseñó Cristo Jesús, y esta experiencia en el autobús ilustra algo de esta oración que me había impactado poco antes de ese incidente. Tiene que ver con la última parte del Padre Nuestro: “Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos” (Mateo 6:13). En esta declaración, me di cuenta de que “por todos los siglos” incluye el ahora, y cada momento de nuestra existencia, porque Dios es infinito, eterno. Él es acción constante e ininterrumpida. Las tres verdades eternas e infinitas de Dios, como las describe Ciencia y Salud (véase págs. 109–110), son omnipotencia (el único poder), omnipresencia (la única presencia), y omnisciencia (la única consciencia y Ciencia), y para mí, en cierto sentido corresponden a la última parte del Padre Nuestro, porque todo el poder, toda la presencia y toda la sabiduría son de Dios eternamente. Siento que estas características divinas fueron demostradas cuando se restableció la paz en el autobús.

Puesto que Dios es el Amor omnipresente, todos vivimos en el Amor. Siempre buscamos el Amor, pero ya estamos en el Amor. Nos resultaría útil saber que: Yo ya estoy en el Amor y permanezco en el Amor, y me esfuerzo por expresar este Amor donde ya me encuentro. Dondequiera que estemos o quien quiera que seamos, el Amor siempre nos proporciona sus ideas, las cuales se reflejan humanamente en amor.

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