El Amor divino sana porque es puro bien. El Amor no tiene ningún elemento maligno. Este Amor, Dios, no sólo no es tocado por el mal, sino que, debido a su totalidad, el Amor desecha el mal, no permite que tenga forma o lugar donde existir u operar. El Principio divino, el Amor, es el único creador, y todo lo que el Amor crea es bueno, y refleja el Amor. El propósito del hombre —la imagen y semejanza espiritual de Dios— es reflejar el Amor, en toda su pureza y bondad.
Una de las razones porque a la gente le gusta orar y reflexionar sobre la Palabra de Dios, es que anhelan mucho recibir estas buenas nuevas. Esto es lo que significa la palabra evangelio: buen mensaje, buena historia, buenas nuevas. La vida y el ministerio de Cristo Jesús, que la Biblia nos relata en sus cuatro Evangelios, nos brinda el reconfortante mensaje de la bondad pura de Dios, y de Su inalterable amor por cada uno de nosotros, Sus hijos. Tomarnos el tiempo, mediante la oración y el estudio de la Biblia, para aceptar este buen mensaje en nuestra consciencia y asimilarlo, es como aspirar un hálito de aire fresco mental que purifica y da vida. Pero para sentir todo el impacto de este evangelio, o buenas nuevas, del Amor, y ser una influencia sanadora en el mundo, tenemos que hacer más que aspirar unas cuantas bocanadas de Amor dentro de nuestra consciencia. Debemos permitir que el Amor llene nuestros corazones y mentes con una comprensión espiritual y amor por Dios y Su creación. Debemos dejar que elimine de nuestro hogar mental todo lo que es impuro y perverso. Y permitir que Dios, no el mundo, modele nuestros pensamientos, deseos y carácter momento a momento.
Jesús hizo esto. Fue a través de su pureza —su leal reflejo del Amor divino en cada pensamiento y acción— que el evangelio del Amor llegó a otros, que los inspiró y sanó. Y Jesús esperaba que sus seguidores llevaran el mensaje del evangelio a otros, para que pudieran sentir inspiración y curación. Dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). ¿Pero cómo?
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