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Dios no despide a nadie

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 9 de junio de 2017

Publicado originalmente en el Christian Science Sentinel del 14 de noviembre de 2016.


Al leer la Biblia, he notado que los discípulos de Cristo Jesús no siempre estuvieron a la altura de sus más altas expectativas. Hubo un caso donde no pudieron sanar una enfermedad debido a su falta de fe (véase Mateo 17:14–20). En el jardín de Getsemaní, se durmieron cuando Jesús les pidió que oraran con él (véase Mateo 26:36–46). Clamaron por ayuda en medio de una tempestad, a la que entonces Jesús calmó (véase Lucas 8:22–25).

No obstante, a pesar de sus defectos, Jesús no los expulsó de entre sus discípulos. Los aceptó con compasión y paciencia infinita, basándose en su comprensión del hombre como la creación perfecta y espiritual de Dios.

¿Cuál fue el resultado final de la persistencia y compasión de Jesús inspiradas por el entendimiento espiritual? Los discípulos comenzaron a entender más acerca del poder sanador del Cristo y desarrollaron su capacidad para llevar a cabo curaciones maravillosas.

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