Dar a conocer el mensaje del cristianismo es un desafío que cada nueva generación de seguidores de Cristo Jesús debe enfrentar. Nuestras obras —el hecho de vivir el mensaje— llegan a aquellos que buscan respuestas. Pero junto con las obras son necesarias las palabras, palabras que relatan, presentan, exploran, exponen, explican y dejan constancia del poder de la Verdad en nuestras vidas.
Hoy cuando escuchamos el llamado “predicad el evangelio a toda criatura”, ¿cómo respondemos? Esta columna ofrece perspectivas de una variedad de personas que han respondido escribiendo. Sin embargo, la columna no consiste tanto en escribir, como en la actividad sanadora de dar a conocer y sentir la Palabra de Dios.
Algo curioso ocurre cuando uno está por completar un artículo metafísico para las publicaciones de la Ciencia Cristiana: ¡Se produce una transformación en la forma de pensar y en el carácter del escritor!
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