Ficción: Los Científicos Cristianos ignoran el mal o afirman que no es real.
Hecho: No había forma de alegar que el ruido que escuchaba no era real. Había ido una noche a mi oficina a consultar unos papeles. Habíamos tenido algunos problemas de seguridad en este edificio, y aquella noche en particular, cuando bajaba las escaleras desde mi oficina en el piso de arriba, me sorprendió escuchar que alguien se movía de un lado a otro en el piso de abajo, porque todos los empleados habían salido de vacaciones para Navidad. Yo no tenía un teléfono móvil para llamar a la policía. Pero había orado con frecuencia al enfrentar un problema o algún peligro, así que me puse a orar de inmediato. No oraba solo por mi propia seguridad, sino también por la persona que había escuchado merodear quien quiera que fuera. Además de afirmar que Dios estaba allí mismo protegiendo y cuidando de todos, también insistí en mi oración que nadie podía ser tentado a hacer mal. Como tampoco nadie querría hacer daño a nadie, porque en realidad, todos nosotros somos hermanos y hermanas, los hijos de Dios.
Oré con fervor mientras bajaba las escaleras hacia el primer piso, tratando de hacer el menor ruido posible. Al llegar abajo, vi que un hombre salía por la puerta del sótano. Sentí mucho alivio y gratitud. Después me enteré de que no había habido ningún daño o robo como resultado de su visita.
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