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Para jóvenes

Imposible de ignorar

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 25 de diciembre de 2017


Ficción: Los Científicos Cristianos ignoran el mal o afirman que no es real.

Hecho: No había forma de alegar que el ruido que escuchaba no era real. Había ido una noche a mi oficina a consultar unos papeles. Habíamos tenido algunos problemas de seguridad en este edificio, y aquella noche en particular, cuando bajaba las escaleras desde mi oficina en el piso de arriba, me sorprendió escuchar que alguien se movía de un lado a otro en el piso de abajo, porque todos los empleados habían salido de vacaciones para Navidad. Yo no tenía un teléfono móvil para llamar a la policía. Pero había orado con frecuencia al enfrentar un problema o algún peligro, así que me puse a orar de inmediato. No oraba solo por mi propia seguridad, sino también por la persona que había escuchado merodear quien quiera que fuera. Además de afirmar que Dios estaba allí mismo protegiendo y cuidando de todos, también insistí en mi oración que nadie podía ser tentado a hacer mal. Como tampoco nadie querría hacer daño a nadie, porque en realidad, todos nosotros somos hermanos y hermanas, los hijos de Dios.

Oré con fervor mientras bajaba las escaleras hacia el primer piso, tratando de hacer el menor ruido posible. Al llegar abajo, vi que un hombre salía por la puerta del sótano. Sentí mucho alivio y gratitud. Después me enteré de que no había habido ningún daño o robo como resultado de su visita.

Podría decirse que enfrenté un mal potencial “delante mismo de mis ojos”, por lo cual no podía ignorarlo. Pero ¿qué podemos decir de cosas como el terrorismo o la corrupción? ¿Acaso las declaraciones que hace Mary Baker Eddy sobre la irrealidad del mal en el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, significan que deberíamos ignorar este tipo de males?

¡De ninguna manera! En Ciencia y Salud, la Sra. Eddy explica la necesidad de comprobar la inhabilidad del mal para gobernarnos a nosotros y al mundo. Por ejemplo, ella escribe: “La humanidad tiene que aprender que el mal no es poder” (pág. 102).

Al orar insistí en que nadie podía ser tentado a hacer mal.

¿Cómo probamos esto? Un primer paso sería negarnos a aceptar el mal en nuestro propio pensamiento, como hice yo aquella noche en la oficina. También puedes hacer esto negándote a hacer trampa en una prueba o hablar con rudeza de alguien. Para mí, esto incluye rechazar el mal en mi propia vida o en la de otra persona, al reconocer las mentiras que el mal está presentando y refutándolas con los hechos espirituales de un Dios único puramente bueno y Su creación puramente buena. Hago esto cuando oro todos los días por el mundo.

Y para mí, el hecho de que la Sra. Eddy fundó The Christian Science Monitor es prueba de que deseaba que los Científicos Cristianos estuvieran conscientes de lo que pasa en el mundo y lo enfrentaran con sus oraciones. Al declarar el propósito del Monitor, ella escribió: “El propósito del Monitor es no hacer daño a nadie, sino bendecir a toda la humanidad” (La Primera Iglesia de Cristo, Científico, y Miscelánea, pág. 353).

 Probar la “nada” del mal para que la humanidad pueda ser bendecida no siempre es fácil. Pero, cada afirmación de la totalidad de Dios excluye y finalmente elimina el mal. Así como en mis propias oraciones por la seguridad personal, la oración por el beneficio más grande de la humanidad insiste en la presencia omnipotente de Dios, ya sea en la Casa Blanca, el Oriente Medio, Siria o Corea del Norte. Durante muchos años, he orado por mi propio país y por una lista cambiante de países, basada con frecuencia en las noticias que leo en el Monitor.

También he celebrado los logros importantes, como fue la tan anhelada paz en Irlanda del Norte por la que se oró y trabajó tanto. Recientemente se ha reportado que, Somalia, la cual ha estado en mi lista de oración por muchos años, ya no se considera un “estado fracasado”. Siria, Turquía y Afganistán son tan solo tres de los muchos otros países que merecen nuestras oraciones. También podemos enfrentar el mal cuando se presenta en forma de ataques cibernéticos, hambruna y genocidio. Por más abrumadoras que puedan parecer estar situaciones, podemos insistir en que Dios gobierna, y que aun en medio del problema, Él está presente para guiar, salvar y bendecir.

Afirmar que el mal es una irrealidad no significa ignorarlo. De hecho, nuestras oraciones para desarmar el mal —primero, al ver cómo pretende operar, y luego al establecer el hecho espiritual de la presencia, el poder y la ley de Dios, las cuales excluyen el mal— se necesitan con urgencia. Este es nuestro trabajo como Científicos Cristianos: no insistir en que las cosas malas no existen, sino contribuir a sanarlas.

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