Es un placer recibir manifestaciones y testimonios respecto al Nuevo Orden de los servicios religiosos. Aunque ningún Científico Cristiano cuestiona la sabiduría de su disposición, considerando que la misma ha sido divinamente impartida, no obstante, es gratificante recibir noticias de diferentes partes del movimiento en relación a sus efectos prácticos.
A propósito, nos hemos enterado de que ha habido un número relativamente mayor de casos de curación bajo el nuevo orden que bajo el antiguo. Estaremos encantados de recibir testimonios de los casos bien autenticados que ocurran en el futuro; además de los comentarios que nuestros colaboradores consideren apropiado expresar de vez en cuando, en referencia al tema, y que contribuyan a mostrar los frutos que son el resultado de este verdadero método de adoración pública.
Todos los Científicos Cristianos entienden que nuestros servicios al público son tan solo una parte del servicio divino. Este término se ha degenerado en demasía en la percepción limitada de concurrir a la iglesia, y la prédica pública, el canto y la oración. Como resultado, los laicos son propensos a pensar que si asisten a la iglesia con bastante regularidad y escuchan con razonable atención el sermón, las oraciones y el canto del coro, con eso han cumplido con su parte en el "servicio divino", y que por el resto del tiempo están exentos de realizar otros deberes cristianos. El único propósito de la adoración pública debería ser lograr que los que no son cristianos se arrepientan, y ayudar a los que profesan el cristianismo a cumplir con sus tareas cristianas. En otras palabras, la adoración pública debería ser un medio para cumplir con el servicio divino, más bien que el fin del mismo.
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