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Se necesitan métodos ordenados

From The Herald of Christian Science - 18 de abril de 2018

Publicado originalmente en el Christian Science Sentinel del 5 de agosto de 1905


Una de las tareas impuestas a La Sociedad Editora de la Ciencia Cristiana es aprobar la elegibilidad de las iglesias y sociedades que quieren que sus servicios religiosos sean anunciados en el órgano oficial de la denominación, y de ese modo ser identificados como partes componentes de La Iglesia de Cristo, Científico. Las personas que tienen que realizar esta tarea con frecuencia han visto su trabajo seriamente obstaculizado por los métodos indeterminados y la falta de adecuada organización que prevalecen en algunas de las iglesias y sociedades más pequeñas. Algunas de estas congregaciones pequeñas están prácticamente sin organizar, otras tienen formas muy toscas e imperfectas de organización, y con frecuencia la tarea de determinar la legitimidad de sus reclamos para ser reconocidas oficialmente es bastante difícil. En algunos lugares, una persona simplemente “se hace cargo”, no hay elección de Lectores, ninguna estipulación para aceptar a las personas elegibles como miembros, ninguna lista de miembros, y ningún arreglo definitivo respecto a las finanzas, y todas esas omisiones e irregularidades por lo general contribuyen a un estado de descontento que es perjudicial para nuestra Causa, lo cual impide su legítimo desarrollo.

 

Consideramos que todo pequeño grupo de trabajadores que se reúne y celebra servicios religiosos, tiene la esperanza de que probará ser el núcleo de una iglesia grande y floreciente, y en la mayoría de los casos esta esperanza con el tiempo se cumple. Por lo tanto, la sabiduría debe guiarlos a establecer un fundamento que sostenga a una organización progresiva y creciente. Esto no significa que, “donde están dos o tres congregados en Su nombre”, ellos deben formar una organización apropiada para las necesidades de una iglesia con varios cientos de miembros; sino que cualquiera sea la forma de la organización, debe ser definitiva, y con reglas que permitan la transacción ordenada de las tareas correspondientes, permita el crecimiento de la sociedad, y salvaguarde los derechos de los miembros individualmente. Si desde el comienzo se da cada paso correctamente, se evitará mucha fricción y malentendidos. En muchos lugares donde prevalece la confusión, se trata simplemente de falta de conocimiento.

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