El mensaje de texto de mi amiga decía “fue muy rápido”.
Ella se quemó la boca al beber chocolate caliente, pero sanó instantáneamente cuando recordó otra curación rápida que había tenido hacía poco. Se dio cuenta de que la verdad que la había sanado la primera vez —que ella es espiritual y que Dios siempre la mantiene completamente a salvo— era tan cierta en aquella ocasión, como en ese instante. Unos minutos después todos los efectos de la quemadura habían desaparecido.
Pero ese no fue el fin de la historia. Algunas semanas después, yo acababa de poner una bebida en el microondas, y no me di cuenta de lo caliente que estaba. El primer sorbo me quemó la lengua. En un instante, la experiencia de mi amiga me vino al pensamiento. Pensé: “Lo que es verdad para ella también debe ser verdad para mí”. Un rato más tarde, me di cuenta de que también había sido sanada.
La curación es el resultado del confiable Principio divino, Dios, y no de algún poder personal especial.
Esta experiencia me ha hecho sentir un renovado aprecio por las curaciones que publico en TeenConnect cada semana, y que escuchamos los miércoles por la noche en las reuniones de testimonios de las Iglesias filiales de Cristo, Científico, en todo el mundo. Puede ser fácil escuchar un testimonio o leer una curación en este sitio web y pensar en cuánta “inspiración” o “elevación” nos trae. Pero me he dado cuenta de que nuestras curaciones son mucho más poderosas que eso. Casi podría decirse que cualquier curación es también una promesa de tu propia curación, de la curación de cualquier persona, porque es una prueba de las leyes universales de Dios, que funcionan para todos, en todas partes.
Hablar sobre la “Ley” es uno de esos temas que suenan un poco aburridos. O tal vez, si has crecido en la Ciencia Cristiana, es posible que hayas oído hablar tanto del tema, que ya ni le prestas atención. Pero aquí está la cuestión. La ley es la razón por la que podemos contar con la curación. ¡La ley es la razón por la que todos podemos contar con la curación!
Me gusta pensar en la ley como una fuerza invisible pero poderosa que es activa y confiable, incluso si no la comprendemos del todo. Por ejemplo, si saltas en el aire, vas a volver al suelo ya sea que comprendas o no el principio detrás de que “lo que sube tiene que bajar”. De la misma manera, incluso si no comprendes completamente las leyes de la salud, la seguridad y la armonía de Dios, el hecho espiritual es que estás gobernado por ellas.
En realidad, las leyes de Dios son en verdad las únicas leyes que nos gobiernan a todos. Así que mientras oramos, lo que realmente estamos haciendo es despertar a ese hecho. No estamos encajando en su sitio las leyes de Dios para que puedan entrar en operación. No las estamos haciendo más eficaces. No estamos utilizando nuestras oraciones para que esas leyes sean más poderosas que aquellas que muchas personas consideran “leyes”, como el contagio, las enfermedades de estación, etc. En cambio, la oración abre nuestro pensamiento para tomar consciencia del hecho de que “en él [Dios] vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:28), porque Dios llena todo el espacio, y eso es lo que hace a Dios, el bien, la verdadera ley que gobierna todo. Debido a que somos espirituales y vivimos en el reino de Dios, estamos tan sujetos a las buenas leyes de Dios, protectoras y benéficas de la salud, como lo está el número tres a los principios de suma y resta.
Entonces, ¿cómo nos volvemos más conscientes de las leyes de Dios que operan en nuestras vidas? Ciertamente leyendo, escuchando y sintiendo el poder de las curaciones de los demás. Y también sabiendo con convicción que esas curaciones son el resultado del confiable Principio divino, Dios, y no de algún poder personal especial que algunos de nosotros tenemos y otros no. Eso es lo que me sanó de la quemadura. Y es por eso que Mary Baker Eddy escribió: “El Amor es imparcial y universal en su adaptación y en sus concesiones” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág.13). Ella vio muy claramente que la ley del Principio divino, el Amor, se extiende a lo largo de todo el tiempo y el espacio, incluyendo a todos los individuos de cualquier origen, cultura o nacionalidad. Nadie queda afuera.
Cualquier curación que leas en este sitio web, ya sea que se relacione con un problema con el que estés lidiando o no, es una promesa de tu propia libertad frente a cualquier cosa en tu vida que deba ajustarse. Cuanto más aceptes el hecho de que tú estás incluido, más experimentarás sus poderosos efectos curativos.
