P: ¿Cómo puedo hablar con mis amigos sobre Dios y la Ciencia Cristiana cuando ellos dicen que la gente inteligente es demasiado lista como para tener fe o creer en un poder superior?
R: Después de tener algunas curaciones importantes durante mis estudios de postgrado, entre ellas de depresión, yo estaba sumamente entusiasmada con la Ciencia Cristiana. Quería compartir lo que había transformado tan profundamente mi vida, con otros que yo sabía estaban buscando paz, consuelo y salud. ¿Cuál era el problema? Estaba finalizando mis estudios en una destacada universidad, y muchos de mis compañeros no estaban muy interesados en Dios y en la religión.
Era miembro de la organización de la Ciencia Cristiana (OCC) en mi universidad, y un día fui invitada a un almuerzo con ministros religiosos en el campus. Sinceramente, sentía cierta inquietud. Poco antes de esta reunión, habíamos tenido una conferencia de la Ciencia Cristiana en la universidad a la que nadie había asistido. Y la gente se había burlado abiertamente de mí cuando distribuía los carteles sobre la charla. Si bien sabía que en este almuerzo el grupo sería receptivo a la espiritualidad, también sabía que algunos tendrían ideas acerca de la Ciencia Cristiana que… no serían buenas.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!