Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer
Original Web

La enfermedad de Parkinson desapareció

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 14 de mayo de 2019


Hace aproximadamente diez años, comencé a sentir una pérdida general del vigor y el equilibrio en mi caminar diario, incluso me caí varias veces debido a la debilidad en las piernas. Tres médicos me tomaron escáneres cerebrales y determinaron que tenía la enfermedad de Parkinson. Su pronóstico fue que primero necesitaría una silla de ruedas y luego quedaría confinado en una cama. Me dijeron que no había cura. Yo me negué rotundamente a aceptar algo así.

Me derivaron a una neuróloga. Su respuesta fue que tomara píldoras, pero solo me hicieron sentir peor (tuve pesadillas horribles). Así que me quitó toda medicina.

De niño, había asistido a la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana durante unos cinco años. Recordé lo que aprendí allí, que el hombre es espiritual, no material. Pensé: Dios es bueno y Él hizo al hombre perfecto, así que no voy a aceptar esta enfermedad como la verdad acerca de mí mismo. En cambio, me centré en existir en la presencia de Dios. También leí Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy.

Hace aproximadamente un año, comencé a agradecer a Dios en mis caminatas y en muchas otras ocasiones, por todas las bendiciones que me mostró a mí, a mi familia y a mis amigos: mi esposa, mis dos hijos y sus esposas, cuatro nietos, tres bisnietos. Todos estaban en perfecto estado de salud y les iba bien. Estuve muy agradecido a Dios.

En el día de San Valentín en 2012, recibí el mejor regalo de todos. La neuróloga me dijo que la enfermedad de Parkinson había desaparecido. Dijo: “No vuelvas”. No le pedí una explicación, sabía la respuesta.

Desde entonces solo me he vuelto más fuerte de mente y cuerpo. Como prueba de mi recuperación, el año pasado participé en los Juegos Olímpicos de Pasadena para Adultos Mayores, y gané varias medallas de natación. Recientemente, nadé una milla completa, y al mismo tiempo, camino regularmente una milla y media. También soy un mejor cristiano. Creo lo que dice la Biblia, “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado” (Isaías 26: 3). Tengo esa paz. Me siento renacido. ¡Deseo que todos sean tocados por Dios como lo he sido yo!

Bradford Moore Boyd
Pasadena, California, EE.UU.

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más artículos en la web

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.