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Para jóvenes

La clave para perdonar

De El Heraldo de la Ciencia Cristiana. Publicado en línea - 6 de abril de 2020


Una tarde, mi amiga y yo estábamos afuera de mi escuela, esperando a que mi mamá me recogiera. De pronto, sentí un pequeño golpe en el suelo. Cuando miré para abajo, vi que una pieza chiquita de mi collar aparentemente se acababa de desprender, la recogí y mi amiga y yo tratamos de volverla a poner. Pero mientras ella trataba de encajarla la pieza se le deslizó de los dedos y volvió a caerse al suelo. Ninguna de las dos sabía dónde había caído. Había una parte de césped cerca, y las dos nos preocupamos pensando que si había caído allí sería imposible encontrarla.

 Empezamos a buscarla, pero tengo que admitir que, aunque mi amiga me estaba ayudando, yo no tenía pensamientos amables acerca de ella. Sentí que debía echarle la culpa y dejar de buscar, porque ¿cómo íbamos a encontrarla ahora?

Entonces me di cuenta de que esos pensamientos no eran productivos. Mi amiga no solo era muy amable al ayudarme, sino que yo había aprendido en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana que Dios lo sabe todo y es todopoderoso, así que siempre hay una respuesta. Comprendí que no necesitaba tener miedo de no encontrar la pieza, porque Dios ya se había hecho cargo de todo.

Después de esos lindos pensamientos, comencé a revertir los pensamientos negativos, a volverme a Dios y a perdonar a mi amiga. Pero no perdonar simplemente diciendo “Te perdono”, sino realmente, sabiendo verdaderamente que todos tenemos un solo Padre-Madre Dios, una sola Mente divina, un Amor. Estaba pensando que puesto que esta Mente que es todo amor y lo sabe todo nos estaba gobernando a todos, no podía haber ningún conflicto entre nosotras. 

Una vez que puse mis pensamientos nuevamente en el lugar correcto y perdoné a mi amiga, tuve confianza en que encontraría la pieza. ¡Y ni siquiera tuve que buscar! Cuando miré hacia abajo, ¡el sol estaba brillando justo sobre ella! En pocos minutos, volví a colocarla en el collar, y se veía como nueva.

Para mí, la clave para perdonar fue apartarme de lo que era negativo y molesto, y, en cambio, reconocer y amar lo bueno acerca de mi amiga. De hecho, desde esta experiencia, siento que soy mucho más consciente del bien que todos reflejan naturalmente de Dios, el bien mismo. Como resultado, realmente no he tenido muchas instancias en que haya tenido que perdonar a alguien, porque ya sé lo bueno que Dios los ha hecho a todos.

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