P: ¿Cómo puedo dejar de sentirme como un don nadie?
R: Me sentía como si fuera un don nadie en mi trabajo. Cuando compartía una idea, parecía que nadie escuchaba, como si mis pensamientos y opiniones no tuvieran importancia. Como si a nadie le importara.
Yo era la más joven allí, y para mí todos los demás parecían más inteligentes, más graciosos, más experimentados. Sentía que todos eran mejores que yo, e imaginaba que hasta se reían de mí a mis espaldas.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!