Cuando mi padre falleció en 2005, me dieron una herencia con condiciones. Dos miembros de la familia estaban a cargo del dinero, y yo solo podía gastarlo con su aprobación. También había condiciones que tenía que cumplir para empezar a recibir pagos, que en su mayoría se efectuaban directamente a los proveedores, y muy poco me daban directamente a mí.
Una de las condiciones era que debía conseguir un trabajo de tiempo completo que pudiera verificar con comprobantes de pagos. Durante años, yo había trabajado mayormente como independiente, y con demasiada frecuencia había carecido de fondos y le había pedido ayuda a mi papá. La otra condición era que debía ver a un psiquiatra y que me pusieran bajo medicación psiquiátrica.
No crecí en una familia de Científicos Cristianos, pero mi padre sabía que me había convertido en estudiante de la Ciencia Cristiana, lo cual él respetaba. Y aunque había fallecido, sabía que él habría apoyado que recurriera a esta Ciencia para sanar. Pero yo no era fuerte y acepté la insistencia de mis familiares de cumplir con las condiciones. Conseguí un trabajo de tiempo completo y comencé a tomar el medicamento.
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