P: ¿Cómo puedo deshacerme de los malos recuerdos?
R: Estaba por comenzar la escuela secundaria, y mi familia acababa de mudarse a una nueva ciudad. Fue difícil dejar a mi mejor amiga y comenzar el séptimo grado en una escuela grande donde no conocía a nadie. Así que me alegré mucho de hacer amistad con otra chica que también era nueva en nuestra escuela. Su nombre era Cindy, y rápidamente nos convertimos en mejores amigas. Además, nos hicimos amigas de un grupo de chicas agradables. Esas amistades hicieron del séptimo grado un gran año.
El octavo grado fue una historia completamente diferente. Sin explicación alguna, Cindy decidió que ya no quería ser amiga mía ni de nuestro grupo. Y se volvió un poco cruel al respecto. La situación era realmente dolorosa, y también incómoda, porque nos sentábamos juntas en un par de clases y compartíamos el mismo transporte. Estuve atrapada en una situación muy compleja con Cindy durante todo un año.
Al menos, así es como recordé el octavo grado durante mucho tiempo. Pero en algún momento, me di cuenta de que, al igual que con otras cosas difíciles en mi vida, podía orar por lo que había sucedido con Cindy, como había aprendido al estudiar la Ciencia Cristiana. Y algo que la Descubridora de la Ciencia Cristiana, Mary Baker Eddy, escribió en su autobiografía, Retrospección e Introspección, realmente me ayudó. Después de describir varias experiencias difíciles en su propia vida, ella dijo: “La historia humana necesita revisarse, y el registro material borrarse” (pág. 22).
A menudo le he pedido a Dios que me ayude a comprender qué significa eso y cómo hacerlo. Aquí hay algunas respuestas prácticas y sanadoras que Él me ha dado.
La historia humana dice que mi mejor amiga se convirtió en mi enemiga e hizo que el octavo grado fuera miserable. Pero Dios me ha mostrado algo diferente. Los mensajes de amor de Dios me han dicho que puedo revisar ese recuerdo y librarme de los sentimientos heridos, porque el Amor (un nombre para Dios basado en la Biblia) había estado realmente conmigo todo ese tiempo, llenando mi vida de amistad. Por ejemplo, he podido reconocer que no solo el resto de mi grupo de amigas se mantuvo unido, sino que también fui recibida por otro grupo de amigas. Y lo más genial fue que una chica llamada Melissa se inscribió en la escuela durante el octavo grado y se convirtió en mi nueva mejor amiga. ¡Nuestra amistad sigue siendo fuerte muchos años después!
Por más agradecida que estaba de descubrir que el amor de Dios había estado allí mismo conmigo en el octavo grado, todavía pensaba que Cindy era una enemiga. Pero el Amor también revisó ese recuerdo. Recientemente, estaba pensando en todas las mejores amigas que he tenido y agradeciendo a Dios por siempre darme una cuando la necesitaba. Y luego escuché a Dios decir: “Yo también te di a Cindy”. ¡Qué respuesta tan inesperada! El mensaje de Dios me hizo dar cuenta de que, aunque nunca está bien ser malo, recordar a Cindy solo como una enemiga me había hecho olvidar por completo el feliz año de amistad que compartimos y cómo me había ayudado a mí —y a Cindy también, estoy segura— a sentirme como en casa en una nueva escuela.
Así de poderoso es el Amor: Arrasó con el dolor que sentía y me mostró que Cindy realmente había bendecido mi vida. Ahora sé que siempre la recordaré como a una de mis mejores amigas.
Puede que no sea fácil liberarse de los malos recuerdos, pero no tenemos que hacerlo por nuestra cuenta. Dios nos ayudará. Puedes estar dispuesto a escuchar los mensajes de Dios que te dicen algo diferente, algo sanador, sobre esos momentos difíciles. Quizá no obtengas las mismas respuestas que yo obtuve, pero el Amor te dará una contestación que es exactamente la correcta para ti, y que puede eliminar el dolor y borrar esos malos recuerdos por completo.
