En sus cartas a Timoteo, el apóstol Pablo exhortó a los seguidores de Cristo a orar por “todos los que están en autoridad; para que podamos llevar una vida tranquila y pacífica con toda piedad y honestidad” (1 Timoteo 2:2, KJV).
Mary Baker Eddy también exhortó a su iglesia (La Ciencia Cristiana en contraste con el panteísmo, pág. 14): “Orad por la prosperidad de nuestro país y por su victoria bajo las armas; que la justicia, la misericordia y la paz continúen caracterizando su gobierno, y que ellas gobiernen todas las naciones. Orad para que la divina presencia continúe guiando y bendiciendo a nuestro primer magistrado, a aquellos asociados con su cargo ejecutivo y a nuestro poder judicial; que dé a nuestro congreso sabiduría, y que sostenga a nuestra nación con la diestra de Su justicia”. En este mismo mensaje, la Sra. Eddy incluyó una oración y bendición por los valientes hombres de las fuerzas armadas de nuestro país.
Los Científicos Cristianos obedientes han orado así durante muchos años, y han aprendido que la oración justa no solo logra la victoria y las bendiciones, sino que purifica el pensamiento de quien ora, liberándolo de la crítica destructiva y la forma de pensar resentida. También nos abre los ojos a oportunidades para servir que de otra manera quizá no se habrían visto.
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