La historia ciertamente ha incluido muchos conflictos y guerras. Al mismo tiempo, siempre ha habido individuos, grupos y naciones que abogan por la paz y la diplomacia, así como una mayor comprensión y paciencia con respecto a las diferencias nacionales e internacionales.
Las conciencias y oraciones de muchos lectores de esta revista quizás tiendan a estar orientadas hacia el final de toda guerra y conflicto, ninguno de los cuales está en armonía con el hecho de que Dios es Todo y todo el bien. Estas son oraciones elevadas y vitales, y ciertamente cubren un aspecto importante del crecimiento de la humanidad.
Pero me gustaría centrarme en cómo podemos orar con eficacia cuando estamos en medio de un conflicto humano, ya sea tan grande como una guerra visible en todo el mundo o más pequeño y personal.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!